Mascherano: "Aún no hemos visto la mejor versión de Messi"

A Javier Mascherano todavía se le humedecen los ojos cuando recuerda la final del Mundial. Estuvo demasiado cerca de la Copa como para que los elogios a su gran papel le sirvan aún hoy de consuelo. Le toca pasar página y centrarse en el Barça, un club demasiado exigente como para que le venza la nostalgia mundialista. -¿Es usted supersticioso? No. Yo creo en el trabajo. -Menos mal. Se lo digo porque hay una fotografía en la que aquel gato negro que saltó al Camp Nou le miró a los ojos. En el primer partido y... tarjeta roja. Sí, me lo comentaron. Terrible (risas). Encima tengo la historia de otro gato negro: el día que me rompo la rodilla en París (6 semanas de baja, abril de 2013), cuando fui al estadio antes de viajar, se me cruzó otro... -No me diga... Saliendo de casa se me cruzó. Se me quedó parado. Cosas que pasan. -Centrándonos en causas controlables, sí parece que jugando con laterales profundos, los centrales están más expuestos. Acá uno siempre está expuesto. Además, nuestros rivales nos conocen y buscan eso. Por eso este año trataremos de no ser un equipo previsible, teniendo diferentes maneras de jugar, tanto atacando como defendiendo. -El Barça tiene ahora cinco centrales y... Tiene cuatro, cuatro y yo (risas). -¿Todavía no se siente central? Yo siento que estoy aquí para ocupar dos posiciones, aunque si me guío por los años que llevo en el Barcelona me tengo que sentir central porque he jugado prácticamente todo el tiempo ahí. Sé que lo puedo hacer también de centrocampista. Se trata de dar lo mejor y serle útil al entrenador. -Regreso a la pregunta. El Barça tiene cinco centrales y usted titular en el primer partido... No significa nada. El entrenador pretende que haya competencia en todas las posiciones y que esa competencia ayude a sacar lo mejor de cada uno para que tengamos un nivel alto. -¿Por qué es tan difícil encontrar un central para el Barça? ¿por qué no vale cualquier central de elite? Es por la manera que tenemos de jugar. El Barça ataca y defiende a través de la posición y el orden. Las características de sus jugadores son más ofensivas que defensivas y eso, a la hora de recuperar la pelota, hace que lo más práctico sea recuperarla a través del orden y de la presión, porque en los duelos individuales nos cuesta más. A mi entender la mayoría de centrales, que hay muchos y buenos, están más acostumbrados a defender en el hábital del área. Cuando tienes que defender lejos de la portería, con muchos metros hacia atrás, necesitas unos requisitos que son más reconocibles en un centrocampista que en un defensor. Aquí las distancias son largas. -¿Con Puyol se vivía mejor? "Puyi" siempre ha sido un ejemplo de cómo tiene que comportarse uno en esta profesión. Todos sabemos lo que ha significado para este club y para la selección, pero lo que hay que destacar y copiar de él es la parte humana. Yo siempre digo que a la gente se la conoce cuando tiene poder. Él nunca se sobrepasó a pesar del rango de capitán y de ser símbolo del club. Le tocó estar en la grada y en el banco y fue humilde, entrenando como el que más con su edad y sus molestias. No tener todo ese reflejo hoy no es fácil, sobre todo para la gente nueva y que sube desde abajo. -Se le pasó por la cabeza seriamente dejar el Barça. ¡Pero si de aquí no se quiere ir nadie! Una relación con el club es como un matrimonio. Las dos partes tienen que llevarse bien. Si hay dudas es mejor hablarlo y no llegar a lo peor. Recuerdo que me fui del Liverpool no como me hubiera gustado y me arrepentiría toda la vida si me pasara lo mismo en el Barça. -¿Quién dio el primer paso para decidir su futuro? El primer paso lo di yo porque tengo contrato. "No tengan problema que si no soy útil al equipo y al club nos damos la mano y gracias por todo". -¿Cuándo fue eso? Al final de la temporada. Después del Barça-Atlético. El club también presentía algo. Obviamente estoy muy agradecido porque me dijeron que puedo seguir aportando cosas. -Así que se ha producido la anunciada revolución y Mascherano sobrevive... Me considero un superviviente, pero no por eso sino porque en mi vida todo me ha costado mucho. Eso define mi carrera. Pero ahí estoy, cuando las cosas las luchas bien, con honestidad y trabajo, el premio llega. -¿Influyó Luis Enrique en su decisión final? Antes del Mundial tuve una conversación corta en la que me hizo saber que contaba conmigo. -Da la sensación de que la crítica y el aficionado confían más en Mascherano que él mismo. Como que se tortura usted demasiado después de un error... Soy un bicho raro, lo sé. No es común que uno delante de una cámara diga "me equivoqué". Pero no creo que eso sea malo. Tengo mucha autoexigencia pero la tengo porque estoy en el club más exigente de los que he estado. Cuando cometo un error lo visualizo para no volver a cometerlo, pero tampoco es que me impida vivir. Ser así me ha traído hasta aquí. -¿Considera importante la figura del psicólogo ahora que Luis Enrique la ha recuperado? No es la primera vez que trabajo en un grupo con psicólogo. Creo que ayuda y no sólo por el tema deportivo sino porque los jugadores somos personas, nos pasan cosas y tenemos problemas como cualquiera. -¿Qué tal con Luis Enrique? Me gusta. Me veo reflejado en su manera de pensar porque tiene carisma, personalidad y sobre todo porque no sólo valora el talento sino también el esfuerzo. En ese punto pienso muy parecido a él. -La manera de trabajar de Luis Enrique se contrapone ahora a la Martino. Se ha extendido que el año pasado no entrenaron bien. ¿Es cierto? A la hora de buscar culpables es más fácil señalar a uno que a veinte. Pero si uno no entrena bien es por culpa de uno. Yo no necesito un entrenador para que me exija. Somos mayores y llevamos muchos años en esto. Nos debemos a un club grande. Nos pagan y nos pagan muy bien. No es una excusa el entrenador de turno. Esta profesión o la vives o no la vives; o la sientes o no la sientes. -Y ahora el Tata seleccionador argentino... La selección debe tener a los mejores y Gerardo es uno de ellos, junto con Cholo y Pochettino. Los más prestigiosos, los que han dado un salto de calidad al fútbol argentino. -¿Qué le dijo usted a sus hijas después de perder la final? Pues las dos llorando... Fue difícil. La más grande tiene ocho años y entiende más. Todavía ahora se me viene a la mente la final y lo cerca que estuvimos. Al empezar no éramos conscientes de que podíamos alcanzar eso y nos encontramos con una final del mundo. El hecho de haberla jugado como la jugamos duele más. No es consuelo. Porque pudiste ganarla y no fuiste superado en el juego ante un gran equipo. -¿Con Di María se hubiera ganado? Quizás, nunca se sabe. Los que entraron en su lugar lo hicieron bárbaro pero el desequilibrio de Ángel lo tienen pocos. -¿Qué pierde el Real Madrid sin Di María? No es un tema que me compete pero creo que pierde. Es un jugador que me gusta muchísimo. Está entre los diez mejores del mundo. Además de tener desequilibrio, tiene capacidad para defender y un gran recorrido. Lo puedes utilizar en muchas posiciones. -Messi fue de más a menos. Acabó agotado. Leo, a partir de octavos y cuartos de final, fue consciente de que el equipo ya no podía jugar de esa manera y de que en ese cambio había que priorizar que el equipo se fuera hacia atrás, dejándolo a él y a Higuaín aislados. Leo tenía que ayudar en defensa, replegarse, por que era lo que tocaba y porque si no era imposible. Ese cambio demuestra la grandeza de Leo. Sabiendo que eso no favorecía a su juego, nunca se opuso. Priorizó el bien del equipo sobre el personal. Sabiendo que todo el mundo va a la cancha para verle a él. Eso hizo que el desgaste físico fuera mayor. Tenía la pelota, 40 metros por delante, un holandés persiguiéndole por toda la cancha... Sin Leo no hubiéramos llegado a la final. -Para los que dudan, ¿volverá la mejor versión de Messi? Leo tiene mucho para dar. No soy de los que piensan que ya hemos visto la mejor versión de Leo. -¿Le gustaría estar en la piel y la cabeza de Messi aunque sólo fuera 24 horas? No. Yo con cinco minutos me pondría contento. Es muy fácil hablar de un número uno pero es imposible ponerse en su piel. Para ser así hay que tener una cabeza diferente, soportar una presión extrema. Con mi rol me alcanza y me basta y a veces me agobia. .¿Cómo es Messi fuera del campo? Es un chico introvertido para la gente que no lo conoce. Para los que sí es normal y abierto. Puedes hablar de fútbol y de la vida con él. Sobre todo es un chico muy terrenal para lo que es. A los que estamos cerca de él nos sorprende eso, su naturalidad. -Volviendo a Di María. Se han pagado por él, por Luis Suárez o James 80 millones de euros. ¿Entiende que haya gente que lo considere una indecencia? Yo estoy en el sistema y lo conozco. Entiendo que a los que están fuera les parezca una locura, pero la realidad es que el fútbol mueve más que 80 millones. Es la atracción más importante del mundo, de los negocios más grandes del planeta. Lo único que me genera nostalgia es la pérdida de amateurismo y se va camino de eso. -Hacienda, juicios por Neymar, la sanción de la FIFA... ¿es el Barça una víctima? En estos temas hay que estar bien informado para no meter la pata. Se han dado circunstancias raras, eso seguro. En ningún club me ha pasado. Lo que lamento es que compañeros míos estén envueltos, caso de Leo o Neymar. -Hablando de Neymar. Zúñiga fue sancionado de oficio por lesionarle; a Cristiano no por golpear a Godín en la Supercopa. ¿Falta unificar el reglamento a nivel internacional? El fútbol es fútbol en todos lados. Pasaba con las manos. Una mano era penal en la Premier y aquí no. Ahora se ha unificado. Hay que ir hacia eso. Si se actúa de oficio, pues para todos. Por cierto que no comparto lo que pasó con Zúñiga. Hace una falta fuerte, pero no va a romperle la vértebra. Lo han querido linchar mediáticamente. La prensa tiene que ir con cuidado porque la etiqueta te queda para siempre. -Acuñó usted la frase sobre que el Barça es un club con tendencia a la autodestrucción... No quería herir susceptibilidades cuando la dije, pero en el club han pasado cosas que en lugar de ayudarnos nos pone piedras en el camino. Muchos de aquí dentro me han dicho que m