Tras perder un ojo regresa a los campos
Luis Salazar volvió al miércoles al campo de entrenamiento de los Bravos de Atlanta, dos semanas después que un pelotazo de foul le impactara en el rostro y perdiese el ojo izquierdo. El venezolano Salazar, manager de un equipo de ligas menores de la franquicia, estaba en la cueva cuando fue golpeado por el batazo de Brian McCann durante el primer inning de un juego de pretemporada contra los Cardenales de San Luis el 9 de marzo. Quedó inconsciente y tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital. "Tengo mucha suerte de estar vivo", dijo Salazar. "Dios me ha dado una segunda oportunidad para vivir y voy a aprovecharla". Señaló que espera sumarse en abril el equipo de Lynchburg, de Clase A, para el inicio de la Liga de Carolina. Los doctores no pudieron salvarle el ojo y se lo tuvieron que remover el 15 de mayo. Después de una semana hospitalizado en Orlando, Salazar pasó una semana en su residencia en Boca Ratón, Florida. "Me siento muy bien y este es un día importante para mi", señaló Salazar tras reunirse con jugadores y personal de los Bravos. "Saludé a todos mis amigos". McCann visitó a Salazar varias veces desde el incidente. "Brian McCann es un muchacho muy sensible y estaba preocupado por mi salud", señaló. "Hablamos unas tres horas. Le dije que lo que pasó le podía suceder a cualquiera. Le dije que se olvidara del incidente". Salazar, de 54 años, indicó que probablemente reanudará sus funciones en ligas menores en unas dos a tres semanas. "Me voy a tomar las cosas día a día. Pero estaré bien", señaló. Salazar, quien jugó 13 años en las mayores, está en su primer año en la organización de los Bravos. Fue invitado a los campos de entrenamientos para que conociera la forma en que los Bravos administran su campo de ligas mayores, y para que ayudara durante partidos de exhibición. Salazar no recuerda mucho de lo que pasó. En primera instancia, temió haber dejado de respirar. "No hay nada mal con mi cerebro", indicó. "Esa es la mejor noticia posible". El venezolano agradeció las oraciones y los buenos deseos de todos. "Agradezco a todos los que oraron por mi", dijo. "Mucha gente está preocupada por mi. Los amigos aparecen en los momentos difíciles. Y eso es lo que me pasó". McCann está sorprendido por su fortaleza. "Su actitud es increíble", comentó. "Para él, (perder el ojo) es algo positivo, tomando en cuenta lo que pudo haber pasado. Está vivo. Eso es lo más importante".