Rafa Benítez celebra su décima copa con los napol
Celebración por la conquista del Nápoles de la Supe
Nápoles celebró esta mañana la Supercopa conquistada el pasado 22 de diciembre ante la Juventus en Doha: más que 25 mil aficionados azzurri acudieron al San Paolo para el entrenamiento a puertas abiertas del conjunto sureño. Una presencia masiva que sorprendió a la entidad italiana, forzada a abrir también uno de los fondos de su estadio que en principio tenían que permanecer cerrados. Rafa Benítez fue el primero en salir al césped mostrando su décima Copa conquistada como entrenador (dos Supercopas de Italia, una Copa italiana, una Champions, dos Europa League, una Supercopa de Europa, una Community Shield, una FA Cup y una Copa Mundial de Clubes) y el público de Fuorigrotta le dedicó una escalofriante ovación. Los partenopei, tras un comienzo de curso complicado con la eliminación en la previa de Champions y un rendimiento poco constante en la Liga (ahora son terceros a 12 puntos de la Juventus) volvieron a conquistar la ilusión de sus tifosi gracias al agónico triunfo en Qatar y dos tempraneros fichajes. Ivan Strinic (que entrenó en el San Paolo esta mañana) y Manolo Gabbiadini (que llegará en los próximos días) representan dos incorporaciones fundamentales para Benítez. El croata ex del Dnipro sustituirá al lesionado Zúñiga y a Ghoulam (que participará a la Copa de África), mientras que el italiano, con nueve goles en 15 partidos en la Sampdoria y solo 23 años, es uno de los jugadores más interesantes del Bel Paese. Sin embargo, los refuerzos podrían ser más puesto que se sigue buscando un centrocampista y se habla de Ignacio Camacho del Málaga y Mario Suárez del Atlético. Es un momento positivo para el club, cuyo futuro sigue dependiendo de la decisión de Rafa Benítez, que acaba contrato en junio. El presidente De Laurentiis lo tiene claro (“El proyecto seguiría también sin él, pero espero que se quede”) e intentará convencerle para seguir juntos. A pesar de alguna polémica, de hecho, la trayectoria de Rafa en Nápoles es ya todo un éxito: nadie había logrado conquistar dos títulos de azzurro en un solo año después de la era Maradona. Un ganador nato que ya escribió su nombre en la historia de otro club y que se convertiría en toda una leyenda para sus aficionados levantando alguna Copa más antes de