Sandro da triunfo por la mínima al Barcelona
Los azulgranas confirmaron la mejoría apuntada en la primera jornada ante el Elche, aunque esta vez su triunfo pendió de un hilo. Su claro dominio durante la primera mitad no se tradujo en goles, y a punto estuvo de costarle muy caro. El cansancio pasó factura al Barça en la reanudación, perdiendo el control en algunas fases, pero el tanto del canterano salvó los muebles. Si hace una semana fue Munir quien sentenció el estreno liguero del Camp Nou, esta vez le tocó el turno a otra de las perlas del filial: Sandro Ramírez. El tanto del delantero canario, de 19 años, sirvió para completar el pleno de puntos: 6 de 6 posibles. Afortunadamente para los culés, el Barça gris y apático que tiró de mala manera todos los títulos por la borda la temporada pasada se parece muy poco al actual. Por lo menos, por ahora. De la mano de Luis Enrique, que volvió a presentar muchas caras nuevas en su once -los "nuevos" Mathieu, Rakitic, Rafinha y Munir fueron titulares-, el equipo va recuperando muchas de las virtudes que le hicieron infalible durante la "era Guardiola": intensidad, ambición, "hambre" de ganar, presión para recuperar el balón... y un fútbol rápido, vertical y directo. Puro nervio. El "nuevo" Barça transmitió buenas sensaciones en su visita a uno de los feudos más difíciles de Primera, buscando el gol desde el primer momento. El técnico volvió a sentar en el banquillo a Xavi, cuyo papel lo asumió, como ante el Elche, un Rakitic pletórico. En sólo dos partidos, el ex sevillista se ha ganado la confianza de todos por lo mucho que aporta: fuerza, técnica y visión de juego. Un auténtico pulmón en la media. También en tareas defensivas, recuperando balones y cubriendo la espalda a Alves cuando el brasileño se suma al ataque. En definitiva, un futbolista completo y muy valioso. También volvió a tener su oportunidad Rafinha, cubriendo la baja del lesionado Iniesta, mientras que el joven Munir repitió titularidad en punta, mostrando su soltura y desparpajo característicos. Suya fue la primera ocasión a los dos minutos de juego. Su zurdazo desde la frontal salió fuera por poco. Sólo la falta de puntería impidió a los azulgranas ver puerta antes del descanso. Pedro, en el 15", obligó a lucirse a Asenjo con un peligroso disparo, después de que Messi recuperara un balón en la media. La intensidad de Leo intentando recuperar balones es otro de los síntomas que indican que el "10", y por extensión, este Barça, quiere volver a ser el que era. El Villarreal fue a remolque durante toda la primera mitad, aunque a punto estuvo de adelantarse en una de sus contadas aproximaciones al área de Bravo. Fue a la salida de un córner, cuando Víctor Ruiz, a puerta vacía, remató alto con todo a su favor (23"). En la jugada siguiente, el árbitro, Velasco Carballo, pasó por alto un posible penalti de Mario a Pedro, al que derribó en el área con un rodillazo. Poco después, Messi replicó estrellando en el poste un chut lateral de falta. El Barça ponía chispa y ganas. Pero le faltaba pólvora. Las fuerzas se igualaron en la reanudación. El cansanció pasó factura al Barça, que pese a mantener su dominio, empezó a hacer demasiadas concesiones en defensa. El Villarreal atacaba poco. Pero, cuando lo hacía, ponía con el corazón en un puño azulgranas. En el 50", Mathieu estuvo a punto de marcar en propia meta desviando al poste un centro desde la izquierda. Poco después, en el 60", Neymar se estrenaba en Liga entrando en sustitución de Pedro. El Barça seguía golpeando -Rakitic, en el 60", Messi, en el 66", y Neymar, en boca de gol en el 67", tuvieron el 0-1 en sus botas-. Pero poco a poco fue perdiendo el control, y el partido se transformó en un toma y daca, un intercambio de golpes continuo. En el 72", Pina estrelló un remate en el poste. La falta de orden empezaba a ser alarmante y, para solucionarlo, Luis Enrique recurrió a Xavi, dándole entrada en lugar de Rafinha en el 75". El Barça reaccionó. Justo a continuación, Messi enviaba el otro chut al palo. Y al final, después de tantas emociones, tuvo que ser un joven de la cantera quien decantara la balanza: Sandro Ramírez. Entró en el campo por Pedro en el 70". Y, apenas diez minutos después, marcó el gol que daba los tres puntos. Neymar combinó con Messi en la frontal, Leo se internó hasta la línea de fondo, y su centro al área pequeña lo culminó Sandro en boca de gol marcando a puerta vacía (0-1, 82"). Un tanto que hizo justicia a los méritos de un Barça luchador y con muchas ganas de desterrar su mala imagen de hace pocos meses.