El secreto de la capitanía de Brasil

BARCELONA -- Si Messi es el jefe de Argentina, Brasil ha dado el poder de la seleçao a Neymar. Los dos cracks del Barcelona ya están en "igualdad" de condiciones después de que Carlos Dunga diera un golpe sobre la mesa y lo revolucionara todo quitándole el brazalete de forma definitiva a Thiago Silva para entregarlo a Ney. "Considero a Neymar como a un hermano y esto no va a cambiar por una historia de brazalete", afirmó este lunes Thiago Silva, pretendiendo cerrar cualquier herida en el vestuario de la selección de Brasil, que mañana se enfrentará a Austria con Neymar portando la capitanía. La realidad, a decir por quienes siguen de cerca la actualidad de la canarinha, se intuye distinta. El central del PSG estalló de indignación cuando conoció que Dunga había decidido llevar a cabo su anunciado cambio de capitán. El seleccionador lo insinuó pocos días después de su nombramiento pero, de entrada, mantuvo los galones a Thiago Silva. Prefirió que se suavizase el ambiente antes de dar el golpe de efecto y cuando lo hizo la reacción no se hizo esperar. "En la selección brasileña todos tienen el derecho a opinar, pero asumiendo lo que se dice. Nadie es dueño de nada", terció el seleccionador como un claro aviso al defensa y en un guiño indisimulado a un Neymar con el que había tenido una relación tempestuosa y al que se ha entregado sin reservas en esta nueva etapa. El secreto de todo, sin embargo, arranca en el Mundial, el 28 de junio en Belo Horizonte. Aquella tarde, hace cerca de cinco meses, Brasil y Chile se enfrentaron en los octavos de final del campeonato y acabaron los 120 minutos con 1-1 en el marcador. Scolari reunió a sus futbolistas y el capitán, quien debía estar al frente, se escondió entre sus compañeros. Hasta seis jugadores se presentaron voluntarios para la tanda decisiva y Neymar, que acabó lanzando el último penalti, se ofreció para abrir una tanda que le quitó de la cabeza David Luiz, quien viendo la reacción acobardada de Thiago Silva consideró que debía tomar esa responsabilidad. Brasil venció por 3-2 y la euforia del momento apartó los focos de aquel suceso. Por mucho que desde la dirección deportiva de la seleçao tomó buena nota con vistas al futuro. Y, más allá del seno del equ