Masacre México: Procurador mostró dientes y huesos calcinados

Masacre México: Procurador mostró dientes y huesos calcinados
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07 de noviembre 2014 - 18:35

México—Tres miembros de un cártel detenidos confesaron haber asesinado, quemado y arrojado a un río a los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre en una ciudad del sur de México, afirmó el procurador Jesús Murillo Karam, pero no quiso confirmar que los restos humanos hallados sean los de los jóvenes.

"Sé el enorme dolor que produce en los familiares la información que hemos obtenido. Los testimonios e informaciones que hemos recabado apuntan lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en el municipio de Cocula", dijo Murillo.

Sin embargo, pidió esperar las pruebas de ADN que se realizarán en Austria para asegurar que una serie de restos calcinados y descuartizados hallados hace ocho días en el interior de bolsas de plástico en un río sean los de los desaparecidos.

"Los huesos están en tal proceso de calcinación que con tocarlos se convierten en polvo y eso hace muy difícil la extracción de ADN para terminar la identificación", afirmó Murillo. Explicó que dichos análisis se harán en la Universidad de Innsbruck, en Austria, y no se cuenta con una fecha concreta para su finalización.

El procurador general de la República afirmó que "la obligación de la autoridad es mantener la investigación hasta que tengamos plenas certezas" y quedará abierta "hasta identificar todos los restos humanos encontrados" en el basurero y el río San Juan.

Mientras eso no suceda "se les seguirá considerando desaparecidos", agregó.

Murillo compareció ante la prensa con un despliegue de fotografías, mapas y testimonios grabados en vídeo en los que los tres detenidos, miembros del cártel Guerreros Unidos, ofrecieron detalles espantosos sobre cómo murieron los estudiantes y cómo después intentaron destruir sus restos y las pruebas del crimen.

Se trata del recuento más completo ofrecido a la fecha sobre las desapariciones.

El 26 de septiembre, los estudiantes se dirigieron en dos autobuses desde su escuela en la localidad de Ayotzinapa a la ciudad de Iguala. Allí, después de tomar dos autobuses más, fueron atacados y retenidos por la policía municipal, enviada por el alcalde José Luis Abarca para interceptarlos porque creía que iban a interrumpir un discurso que ofrecía su esposa.

Después de ser detenidos por la policía fueron trasladados a la estación policial de Iguala, donde los entregaron a la policía municipal de la vecina Cocula, y ésta se los llevó a una loma en las montañas.

Allí, los policías municipales, de los que durante la investigación se ha sabido que estaban en la nómina del cártel de los Guerreros Unidos, se los entregaron a los narcotraficantes, los cuales los subieron a un camión de carga de tres toneladas y a otro vehículo menor y los llevaron al basurero municipal, situado en una barranca cercana.

Al menos 15 llegaron ya muertos, asfixiados en el camión, según el testimonio de los detenidos que participaron en los hechos. A los que aún estaban vivos, los pusieron en el suelo boca abajo, les interrogaron para saber si pertenecían a alguna organización criminal rival y les dispararon. Después, los arrojaron a un barranco en el basurero y les prendieron fuego.

Las llamas, alimentadas con gasolina, neumáticos y madera, se prolongaron desde la medianoche del mismo día en que fueron detenidos hasta entrada la tarde del día siguiente.

En una larga, y por momentos confusa explicación de la investigación realizada hasta el momento, Murillo Karam mostró cientos de fragmentos de huesos y de dientes calcinados que fueron recuperados del río, en lo que sería un horrífico asesinato masivo que habría durado unas cuatro horas.

Confirmó también que algunos restos humanos encontrados en fosas clandestinas descubiertas después de la desaparición no corresponden a los de los estudiantes. Se han hallado al menos ocho fosas más con 38 cadáveres que no han sido identificados, de los cuales algunos serían de personas asesinadas en agosto.

Al menos cuatro de los cuerpos encontrados allí son de mujeres. Los 43 estudiantes desaparecidos son hombres.

Por su parte, los padres de los alumnos se niegan a aceptar el desarrollo de la investigación y creen que sus hijos siguen vivos. Uno de ellos, Felipe de la Cruz, dijo que las autoridades "están torturando a los padres. Para nosotros, nuestros hijos están vivos".

Uno de los compañeros de los 43 desaparecidos, Daniel Vázquez, exigió que Peña Nieto "dé la cara".

"Creemos que están jugando con nosotros y deben enseñarnos pruebas y no seguir con hipótesis", agregó.

Otro padre que no quiso dar su nombre cuestionó que "sólo por las confesiones de tres detenidos" se llegue a esas conclusiones.

"No vamos a aceptar la información de la PGR; sólo aceptaremos el resultado del equipo de médicos argentinos", señaló. "Quieren darle carpetazo a la población haciéndole creer que todo está resuelto, pero nosotros sabemos que están vivos y vivos los queremos".

El padre se refería al resultado del peritaje del equipo argentino de antropología forense que ha sido invitado a participar en la investigación.

Poco después Peña Nieto apareció en televisión y dijo que "los hallazgos presentados indignan y agravian a la sociedad mexicana", al tiempo que prometió que el gobierno mantendrá su esfuerzo para el total esclarecimiento. El mandatario partirá hacia China en los próximos días en un viaje oficial.

"No basta con la captura de autores materiales; detendremos a todos los implicados que participaron en estos crímenes abominables", sentenció.

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