Los niños primero

Idalia Martínez, directora de Senniaf
Idalia Martínez, directora de Senniaf / TVN
Eduardo Lim Yueng
30 de mayo 2016 - 18:55

Este título de campaña para recoger útiles escolares debiera ser la premisa a seguir en una institución con un nombre tan largo como el SENNIAF que ni siquiera voy a recordar en este blog. Quiero hablar de su directora Idalia Martinez y es probable que aquí reciba abucheos y aplausos, luego que la junta directiva recomendara su destitución.

Recuerdo a Idalia (así en confianza) antes de las elecciones de 2014, se presentó varias veces como representante de la sociedad civil y criticaba duro a la administración Martinelli, después anunció que sería candidata independiente y sucumbió ante la posibilidad de ir en la papeleta Panameñista ante las dificultades de conseguir las firmas que avalan la libre postulación. No salió electa.

Una vez instalado el gobierno de Varela se anunció su designación en SENNIAF y las voces opositoras lanzaron sus dardos contestatarios contra la diana de sus argumentos anti Martinelli insinuando que sus criticas eran buscando un puesto público, otras voces de los grupos de defensa de los niños también criticaron su designación.

Idalia llegó al SENNIAF y su nombre empezó a oírse, hubo casos que involucraron menores y ella es fuente obligada por su cargo, así que salió en los medios: las mellizas separadas, una niña en un video porno en un metrobús, y cualquier otra foto viral que involucrara a un menor, hasta que de repente hubo polémica con Sor Lourdes, rectora del histórico Hogar Malambo, por las adopciones.

Pensaría que Idalia estaba perdida, pelearse con alguien de la iglesia durante esta administración podría representar salida segura tomando en cuenta la religiosidad del presidente Varela que precisamente anunció una vez que donaba su salario a un poco conocido hogar regentado por monjas. Aun así idalia salió bien librada.

El caso más reciente y que generó toda la polémica fue el de una menor que llevaba años con una familia sin que se concretara formalmente la adopción. La familia trató a la menor como su hija, situación comprometida cuando no has terminado el proceso, e Idalia ordenó el retiro de la menor de el “hogar acogente”. La “madrastra” fue a los medios y hasta donde un diputado intervino públicamente a su favor.

Un fallo del juzgado (el mismo en que trabaja la madrastra) decidió que la niña regresaba al hogar, Idalia se demoró algunas horas de más en ser formalmente notificada y después anunció una especie de feria “crisol de razas” para todos los hogares que estuvieran en posición similar, es decir, con un niño que no es de ellos, pero que lo tienen bajo su cuidado.

Idalia ha dicho en todo momento que cumple la ley y que como funcionaria solo puede hacer lo que la ley le dice. Le creo. El problema es que mediáticamente se ha manejado muy mal, respondiendo en algunas circunstancias en que solo debió mandar comunicados considerando la parte legal del asunto. Debo presumir que hay presión de los sectores que siempre han manipulado las adopciones en Panamá e Idalia no vio el juego desde la gradería como los demás y quiso jugar para la tribuna y perdió.

Si la presionaron para hacer algo fuera de la ley, debió denunciarlo, y si es algo legal, pero va contra sus principios debió renunciar antes que recomendaran su destitución.

Puede que Idalia estuviera haciendo lo correcto, pero su manejo de medios fue malo, su imagen ante las cámaras y su tono de voz tampoco la ayudaron y se convirtió en un blanco apetitoso para quienes gustan de golpear al gobierno. Sus copartidarios la vieron como una amenaza a la imagen y al no ser de ellos la desprotegieron, la dejaron sola y ahora piden su cabeza.

Funcionarios de esta administración han metido la pata mucho más profundo que Idalia (que también la metió) pero seguirán en sus puestos. ¡Suerte Idalia!

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