Oppenheimer, del director Christopher Nolan, es la película industrial del año en Hollywood

Oppenheimer

El director Christopher Nolan (Londres, 1970) vuelve a convertir un largometraje de gran presupuesto de Hollywood (Oppenheimer) en una especie de producción independiente digna de estrenarse en el Festival de Sundance. Esta biografía sobre Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, es un ejercicio frágil y despiadado, ingenioso y angustioso, sobre cómo el poder puede transformar a la ciencia en un arma letal masiva.

Parte del elenco de Oppenheimer: Matt Damon, Emily Blunt, Cillian Murphy y Florence Pugh. Sin olvidar que también participan en este drama Robert Downey Jr., Kenneth Branagh, Rami Malek y Gary Oldman, entre otros.
Parte del elenco de Oppenheimer: Matt Damon, Emily Blunt, Cillian Murphy y Florence Pugh. Sin olvidar que también participan en este drama Robert Downey Jr., Kenneth Branagh, Rami Malek y Gary Oldman, entre otros. / AFP
23 de julio 2023 - 06:30

Segunda Guerra Mundial. 6 de agosto de 1945. Un bombardero B-29 del ejército de Estados Unidos, pilotado por Paul Tibbets, despega de las islas Marianas con rumbo a Hiroshima, que por entonces tenía una población estimada en 350,000 personas. El Enola Gay llevaba en su interior una bomba de uranio, cuyo peso era de 4,400 kilogramos y que recibió el irónico nombre de Little Boy.

El reloj marcaba las 8:15 a.m., en Japón. El presidente estadounidense Harry Truman daba la orden de abrir las puertas del infierno. Iniciaba una era marcada por la fuerza atómica. Más de 100,000 seres humanos murieron al instante en Hiroshima. Tres días más tarde, el bombardero Bockscar, a cargo de Charles Sweeney, dejó caer a Fat Man, una bomba atómica que destrozó a Nagasaki y causó la muerte inmediata de 50,000 civiles. Muchos miles de sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki fallecerían a los días o semanas como consecuencia de sus heridas y por la radiación térmica.

El 15 de agosto, el emperador Hirohito anunció por radio la capitulación incondicional de Japón.

Año 2023. Oppenheimer, del director Christopher Nolan, hace un viaje hipnótico a la vida del físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer (1904-1967), líder del Proyecto Manhattan y director del Laboratorio de Los Álamos, quien conformó un equipo de científicos que vencieron a la Alemania nazi en la carrera nuclear.

El actor y músico Cillian Murphy (Irlanda, 1976) ha trabajado bajo las órdenes de Christopher Nolan en las producciones Dunkirk, Inception, en los tres largometrajes sobre Batman y ahora en Oppenheimer
El actor y músico Cillian Murphy (Irlanda, 1976) ha trabajado bajo las órdenes de Christopher Nolan en las producciones Dunkirk, Inception, en los tres largometrajes sobre Batman y ahora en Oppenheimer / AFP

Heterogéneo

Christopher Nolan tiene una carrera que bien merece el calificativo de heterogénea, algo que pocos directores contemporáneos pueden ejercer en un Hollywood más dado a las secuelas, las sagas y a darle la vuelta a las producciones de antaño.

Su ópera prima fue un thriller psicológico (Following, 1998), después hizo un neo-noir criminal (Memento, 2000), más adelante fue un sobrio policiaco (Insomnia, 2002), luego una de intrigas que transcurre en el siglo XIX (The Prestige, 2006), más tarde una realista trilogía inspirada en un superhéroe del cómic (Batman Begins, The Dark Knight, The Dark Knight Rises), a continuación ofreció un futuro postapocalíptico de ciencia ficción (Interstellar, 2014), acto seguido realizó un arrollador drama bélico (Dunkirk, 2017) y seguidamente demostró que las películas de acción también pueden ser inteligentes (Tenet, 2020).

Una de sus características, es trabajar sus películas con un equipo de gente talentosa y de confianza con la cual construir proyecto tras proyecto. Doce películas las ha hecho con la productora Emma Thomas, once producciones suyas han tenido la música de Hans Zimmer y siete de ellas el director de fotografía ha sido Wally Pfister. Tiene 6 créditos como guionista junto a su hermano Jonathan Nolan, en 9 ocasiones ha dirigido a Michael Caine y siete veces a Christian Bale. Por lo que a nadie debe sorprender que el protagónico de Oppenheimer fuera para Cillian Murphy, quien lo ha acompañado como intérprete de reparto en Dunkirk, Inception y en los tres largometrajes sobre el vigilante de Ciudad Gótica.

En total, las películas de Christopher Nolan han obtenido en la taquilla mundial casi 6 mil millones de dólares. Dos de ellas superaron la barrera de los mil millones de dólares en boletería: The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises (2012)
En total, las películas de Christopher Nolan han obtenido en la taquilla mundial casi 6 mil millones de dólares. Dos de ellas superaron la barrera de los mil millones de dólares en boletería: The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises (2012) / AFP

Del vacío a la profundidad

Christopher Nolan es tan indispensable dentro de Hollywood como otros colegas suyos contracorriente como Tim Burton o David Fincher. Los tres representan al cine de autor, pero también son útiles a la hora de obtener mucho dinero en recaudación con películas comerciales, pero elaboradas como si fueran producciones independientes pensadas para presentarse en Sundance o Toronto.

Oppenheimer es una película veraniega porque se estrenó en la lucrativa franja entre junio y agosto, por su presupuesto (100 millones de dólares, sin incluir los gastos de promoción) y por un elenco de rostros conocidos (Cillian Murphy, Robert Downey Jr., Emily Blunt, Matt Damon, Kenneth Branagh, Rami Malek, Gary Oldman), pero Christopher Nolan no da ninguna concesión al público, ni en lo técnico, ni en lo artístico, ni en lo argumental.

Oppenheimer está muy distante de las vacías y convencionales producciones comerciales que se estrenan durante estos meses en Norteamérica. El que quiera disfrutar, antes de ir a verla, debería leer sobre el Proyecto Manhattan, la Bomba Trinity, la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, John Edgar Hoover, Joseph McCarthy, la cacería de brujas de las décadas de 1940 y 1950…

Los filmes de Christopher Nolan han recibido 36 nominaciones al premio Oscar. Han ganado la estatuilla dorada Tenet (efectos visuales), Interstellar (efectos visuales), El caballero oscuro (actor secundario, montaje de sonido), Dunquerque (montaje, sonido, efectos sonoros), Inception (fotografía, sonido, montaje de sonido, efectos visuales)
Los filmes de Christopher Nolan han recibido 36 nominaciones al premio Oscar. Han ganado la estatuilla dorada Tenet (efectos visuales), Interstellar (efectos visuales), El caballero oscuro (actor secundario, montaje de sonido), Dunquerque (montaje, sonido, efectos sonoros), Inception (fotografía, sonido, montaje de sonido, efectos visuales) / AFP

El ADN de Christopher Nolan

Estamos ante una biografía planteada en términos narrativos bajo las normas del drama y el thriller. Como biopic se codea con otros títulos sobresalientes como El pianista (2002, Roman Polanski), En nombre del padre (1993, Jim Sheridan) y Toro Salvaje (1980, Martin Scorsese). Lo que equivale a que el desempeño de Cillian Murphy, como el vilipendiado físico, esté al mismo nivel de lo hecho por sus colegas Adrien Brody, Daniel Day-Lewis y Robert De Niro, respectivamente.

En este largometraje está todo el ADN del cine de Christopher Nolan: sus antihéroes centrales están instalados en un insondable sentimiento de derrota y culpa (Oppenheimer), sus villanos son dueños de unos intrincados conflictos existenciales (Lewis Strauss), sus personajes agonizan en atmósferas tan espesas que causan conmoción (la esposa, las amantes y varios colegas de Oppenheimer) y el control del tiempo como elemento dramático que marca el destino fatuo de los mortales (el ir y venir del guion de Oppenheimer).

El cineasta londinense, cinco veces nominado al premio Oscar, construye un relato que va del antes y el después de ese acto de violencia extrema de agosto de 1945. Cuando la trama se desenvuelve en el cómo se logró esa macabra hazaña de la ciencia, prima la mirada de Oppenheimer y se narra en colores luminosos (una metáfora al resplandor de las dos detonaciones). Cuando se cuenta el futuro, años después de lo ocurrido en Hiroshima y Nagazaki, domina un frío blanco y negro, y quien tiene la voz cantante es Lewis Strauss (un excelso Robert Downey Jr.), presidente de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos.

Estamos ante la película más política en la carrera de Christopher Nolan. Por lo que ya tiene su carta de invitación para ingresar al club de largometrajes sobre intrigas ideológicas como JFK (1991, Oliver Stone), Good Night, and Good Luck (2005, George Clooney) o series de televisión como The Wire (2002-2008) y House of Cards (2013-2018). Su alegato antinuclear también le permite ascender a ese Olimpo donde puede convivir con el Dr. Strangelove (1964, Stanley Kubrick), Fail-Safe (1964, Sidney Lumet), The China Syndrome (1979, de James Bridges), Silkwood (1983, de Mike Nichols) y The Fourth Protocol (1987, John Mackenzie).

Christopher Nolan desea con Oppenheimer poner a dudar al público sobre conceptos como paz, libertad, progreso y ciencia en medio de una confrontación bélica. Plantea que hay verdugos que también pueden ser víctimas (en este caso los científicos responsables de la bomba atómica). Se pregunta si se debe obedecer a la autoridad de turno en momentos sociales críticos y remarca una dura verdad: somos la especie más destructiva que hay sobre la Tierra.

El director casi no hace referencia a la orfandad de las víctimas, a sus sollozos, a sus cicatrices, solo lo muestra de manera tímida en las pesadillas y alucinaciones que sufre Oppenheimer tras la tragedia que provocó una teoría científica llevada a la práctica por el poder político y económico de una potencia mundial. ¿Quizás esa omisión fue porque era material para otra película? ¿No quería provocar golpes bajos emocionales? ¿No deseaba atacar tan de frente el hermético relato oficial que manejó por largo rato Estados Unidos sobre esos hechos históricos?

Si quieren escuchar la voz de los vencidos tras la hecatombe nuclear, la de los civiles japoneses, los invito a leer la crónica sobre Hiroshima que se publicó el 31 de agosto de 1946 en la revista semanal The New Yorker, por el periodista estadounidense John Hersey. A los meses, la editorial Alfred A. Knopf convirtió ese texto en un libro que fue un éxito de ventas, fue uno de los pilares del Nuevo Periodismo de Tom Wolfe y Truman Capote y fue el antecedente testimonial y ético de la sociedad estadounidense que años después condenaría la Guerra de Vietnam.

 

 

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