Chicxulub: todo lo que se sabe del asteroide que reconfiguró la vida en el planeta

Ciencia

El colosal asteroide al que se le atribuye la extinción de los dinosaurios, dejó una enorme "cicatriz" en la Tierra, específicamente en la península de Yucatán, hace 66 millones de años. Hoy la ciencia intenta reconstruir y entender el suceso y sus secuelas.

Don't Look Up se estrenó en diciembre pasado con reacciones divididas entre el público y la crítica de cine.
Don't Look Up se estrenó en diciembre pasado con reacciones divididas entre el público y la crítica de cine. / Cortesía.
Helkin Guevara - Corresponsal digital
16 de enero 2022 - 09:21

Ciudad de Panamá/Chicxulub es mencionado al menos una vez en Don't Look Up, la reciente película satírica-apocalíptica que aborda la reacción social ante el descubrimiento de un cometa gigante que impactará la Tierra de forma inminente.

Chicxulub es, según las consideraciones científicas, el suceso más relevante en el devenir del planeta, registrado hace 66 millones de años en lo que hoy es la península de Yucatán, México. Hablamos de un asteroide de similares proporciones al del film de Netflix, al que se le atribuye la extinción de los dinosaurios y de casi todo resquicio de vida por entonces, además de la reconfiguración del clima y el ambiente global.

Lo dicho, el episodio de Chicxulub ocurrió hace millones de años, pero su descubrimiento y estudio es bastante reciente, de apenas unas décadas. A mediados de los años 80 del pasado siglo, un grupo de arqueólogos estadounidenses no salía del asombro al comprobar que unas imágenes satelitales de la península de Yucatán les mostraban algo totalmente inusual: un anillo de unos 200 kilómetros de diámetro.

Era el cráter del gran asteroide que apagó y reinició los ciclos de vida en el planeta, o, al menos, esa es la opinión consensuada de la comunidad científica que desde entonces ha teorizado al respecto. Los primeros estudios sobre el cráter se publicaron en 1991, bajo la dirección de Adriana Ocampo, por entonces geóloga planetaria en la NASA. En adelante, científicos de América, Asia y Europa se han unido a la investigación y debate para tratar de reconstruir todo lo que pasó en el lugar, siguiendo el rastro de los remanentes del cataclismo.

¿Qué certezas se manejan tras casi 40 años de estudio?

El área del impacto se ubica en parte del Golfo de México y la costa de Yucatán, con un epicentro estimado en el pueblo de Chicxulub Puerto, que da nombre al cráter, al asteroide y, en ocasiones, a todo el contexto del suceso.

El cráter es de unos 200 kilómetros y pudo haber alcanzado los 30 kilómetros de profundidad. La parte acuática del cráter se encuentra bajo 600 metros de sedimentos, mientras que en tierra, el cráter está cubierto de depósitos de piedra caliza, aunque, aseguran, su borde exterior aún es visible. La enorme roca espacial tenía unos 12 kilómetros de diámetro (hay quienes calculan que más, unos 15 kilómetros) y viajaba a más de 43,000 kilómetros por hora.

Al momento del impacto, el asteroide provocó una onda sísmica en todo el planeta equivalente a un terremoto de 10 a 11 de magnitud y un tsunami de unos 1,600 metros, según estimaciones científicas recogidas en la revista especializada PNAS.

Tras el choque, las cenizas de los incendios forestales, la roca pulverizada y el ácido sulfúrico, coparon el cielo, oscureciendo el planeta por un largo tiempo, años probablemente, impidiendo el desarrollo de procesos esenciales como la fotosíntesis. Otras secuelas fueron la alteración ambiental masiva (las temperaturas descendieron hasta los -0ºC) y la extinción del 75% de toda la vida que aún quedaba en el planeta tras el sismo y la ola gigante, según un estudio de la Academia de Ciencias de California, Estados Unidos.

Zona estimada del impacto de  Chicxulub, descubierta en la década de 1980.
Zona estimada del impacto de Chicxulub, descubierta en la década de 1980. / Cortesía.

Fue una suerte de "invierno nuclear”, resumió en Live Science, Peter Roopnarine, autor principal del estudio presentado en 2021 y que se desprendió del análisis de centenares de muestras fósiles vinculadas con Chicxulub.

Y en puntos distantes de Yucatán, como Dakota del Norte, Estados Unidos, excavaciones arqueológicas han encontrado en años recientes fósiles de peces y vegetación rociada con fragmentos rocosos y vidriosos provenientes del espacio. Los datos de los depósitos fósiles indican que el lugar estuvo bajo el agua, probablemente por un tsunami sin precedentes. Y, además, la edad de las muestras se corresponden con los tiempos de Chicxulub.

Los investigadores están 99% seguros que se trata de restos, o "fotografías fosilizadas", de aquel evento de extinción masiva, según contaron a la BBC. No obstante, toda la información recabada hasta ahora representa apenas un ápice de todos los misterios que siguen enterrados en Yucatán, o sumergidos en el golfo, como el propio asteroide.

México lleva años intentando sin éxito que la zona del cráter sea declarada como Patrimonio Natural de la Humanidad o incluida en el inventario de Geoparques Mundiales de la UNESCO. También, en 2018 fue inaugurado un museo alusivo (Museo de Ciencias del Cráter de Chicxulub) ubicado entre las ciudades de Chicxulub Puerto y Mérida y en el área se explota algo de actividad turística, con recorridos por los supuestos remanentes del cráter del asteroide que destruyó a los grandes depredadores que reinaban en la Tierra y permitió el posterior dominio de los humanos.

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