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Proyecto de Ley busca regular tasas de interés bancarias

Divulgan listado de entidades de crédito que apoyarán medidas temporales de alivio de crédito
Buscan regular tasas de interés / Cortesía MICI.

¿Debe fijarse un tope a los intereses que cobran los bancos?

El proyecto de Ley 420, que ya pasó Primer Debate en la Asamblea Nacional, busca establecer un límite a las tasas de interés de tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos personales y otros créditos otorgados por instituciones financieras.

Su proponente, la diputada Zulay Rodríguez, señala que los ciudadanos necesitan tener un acceso más fácil al dinero, especialmente en el panorama adverso que se vive tras la pandemia de la COVID-19. El sector bancario, por otro lado, apunta a precedentes históricos de Panamá y otros países en los que este tipo de medidas han tenido el efecto contrario.

¿Qué dice el proyecto de Ley?

La iniciativa legislativa fija un tope de 1.25% a las “tasas de interés activas y pasivas” y prohíbe incorporar comisiones, costos operativos, costos de cierre, multas o recargos por mora. Cualquier institución que preste dinero por encima de esta tasa incurriría en el delito de usura, el cual se sancionaría con una pena de tres a cinco años de prisión.

El delito de usura (junto con el de monopolio) existían en Panamá hasta el 2008, cuando fue removido del Código Penal. Este proyecto de Ley modificaría el Código Penal para restablecerlo como delito.

“La única manera de que el panameño pueda tener alivios económicos y mejores financiamientos es con tasas de intereses con tope”, declaró la diputada Rodríguez a TVN Noticias. Añade que esto permitiría que las personas tengan la liquidez para consumir bienes y servicios, y así reactivar la economía. “Los bancos están altamente protegidos y son subsidiados con nuestros impuestos”, cuestionó Rodríguez.

Actualmente, no hay un límite a las tasas de interés que pueden fijar los bancos y otras entidades financieras.

¿Es viable la propuesta?

Una tasa de interés de 1.25% sería un recorte significativo. De acuerdo con datos de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), el promedio en las tasas de interés de tarjetas de crédito en el sistema bancario nacional es de 19.9%; de préstamos personales 8.6%; de préstamos para autos 8.5%; y la tasa de referencia para hipotecas es 5.75%.

La Autoridad para la Protección del Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) publica un informe mensual con las tasas más bajas y altas del mercado. Según sus cifras para el mes de agosto, la tasa más baja para tarjetas de crédito fue de 12% y la más alta de 28%.

Los especialistas en banca advierten el riesgo de bajar exponencialmente la tasa de interés, sin tomar en cuenta el costo que tiene otorgar esos créditos al banco, costos de operación y costos de recuperación (lo que cuesta cobrar lo prestado).

Para tener una idea de cuánto dinero se maneja, el saldo de créditos locales en bancos privados a julio de 2020 fue de 54,798 millones de dólares, según cifras de la SBP. Eso es suficiente para pagar 10 veces el costo de la ampliación del Canal de Panamá y construido 99 Ciudades Hospitalarias.

Reducir las tasas a 1.25% representaría una diferencia de cientos de millones de dólares para el sistema bancario.

Muchos de los bancos que operan en el centro bancario panameño son extranjeros. Las tasas son fijadas teniendo la competitividad como un factor globalizado que va más allá de las fronteras panameñas.

En agosto de 2020, los saldos morosos en el Centro Bancario fueron de 1,198 millones de dólares y los saldos vencidos 1,424 millones de dólares. El total en la cartera del centro bancario de créditos vencidos y morosos es de 74,360 millones de dólares.

La pregunta que se tendrían que hacer los bancos sería, ¿sigue siendo negocio ofrecer préstamos en un país que fija estos topes?

Para Ernesto Bazán, presidente de la calificadora de riesgos basada en Panamá EB Ratings, muchos concluirían que la respuesta es no.

“La consecuencia sería una escasez en los créditos y los más perjudicados terminarían siendo los usuarios bancarios”, concluyó Bazan.

Comparó este tipo de medidas con acciones como el control de precios, en las que el Estado intenta regular los márgenes de ganancia de un sector. Apunta que, en estos casos, las entidades buscarían cómo incluir sus gastos de otras maneras, o decidirían no ofrecer productos financieros.

Advirtió especialmente del peligro de volver a tipificar la usura como un crimen. Cuenta que en países que han hecho esto, como Chile, se observa una mayor presencia del mercado negro.

“Los usureros no desaparecerían. Los bancos evitarían arriesgarse a toda costa a siquiera acercarse al límite por temer a ser condenados por el crimen, y personas más inescrupulosas ocuparían ese espacio”, comentó.

Otros países

En Ecuador, el Banco Central establece semanalmente tasas de interés referenciales y máximas.

El presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, Julio José Prado, comparó la situación bancaria de su país y las tasas de interés con Panamá en un artículo publicado en septiembre en el sitio web Primicias.

“La fijación de tasa se hace de manera anti técnica y bastante obscura, para 22 segmentos de crédito, delimitados no por las condiciones de mercado y el nivel de riesgo sino por definiciones de política pública erradas, que lastimosamente se mantienen casi sin cambios desde hace más de una década. ¿Resultado? Justo el contrario al deseado. Menos crédito, concentración en ciertos segmentos, exclusión financiera, imposibilidad de variar tasas en función del riesgo y casi nula competencia en tasas”, escribió Prado.

En Ecuador, la tasa máxima para consumo es de 17.3%; y la inmobiliaria de 11.33%. Son menores que las de Panamá, pero están aún más lejos del 1.25% propuesto en el proyecto de Ley. Los resultados del modelo ecuatoriano son bastante cuestionables, y hay escasa presencia de bancos extranjeros en el país sudamericano.

También podemos observar las tasas en el vecino país de Colombia. Allí, la tasa de interés a las tarjetas de crédito es de 24.75%; de préstamos hipotecarios alrededor de 10.24%; y de consumo en 19%.

Para una visión más general, el Banco Mundial lleva un registro de las tasas de interés real (ajustadas a la inflación) de cada país.

  • Chile: 1.8%
  • México: 5%
  • Panamá: 5.7%
  • Colombia: 7.2%
  • Costa Rica: 6.9%
  • Argentina: 10.4%
  • República Dominicana: 10.8%
  • Brasil: 32%

Los datos completos se pueden ver aquí.

Control de tasas en Panamá

Carlos Berguido, presidente Ejecutivo de la Asociación Bancaria de Panamá (ABP), cuenta que aquí ya tenemos historia con el control de tasas, y que los resultados fueron un desastre.

“Hasta los años 60 había tope por tipo de préstamo”, apunta Berguido. Cuenta como las tasas a nivel mundial se dispararon a 20% en los años 70 y en Panamá las instituciones no tenían la flexibilidad para adaptarse. Muchas se fueron.

“En 1998 se liberaron las tasas. Hubo un crecimiento de préstamos y un mayor acceso al crédito a gente común y corriente. Los saldos se multiplicaron casi por 4”, destacó.

Berguido considera que las intenciones del proyecto de Ley son buenas, pero que las consecuencias serían un menor acceso al crédito por parte de los panameños, un resultado opuesto al que se busca.

“Sería echarnos para atrás, cuando el crédito era un producto elitista”, acotó.

Según datos del Banco Mundial, para 2017 el 55.7% de personas mayores de 15 años en Panamá tenían una cuenta en un banco u otra institución financiera (o utilizaban un servicio de transferencia móvil de dinero).

Existe un debate ideológico sobre el rol que debe tener el Estado en la regulación de la política monetaria. El caso de Panamá es especialmente complejo pues no tenemos un Banco Central, no imprimimos nuestra propia moneda y nos vemos afectados por las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos.

El proyecto de Ley presentado por la diputada Rodríguez hace eco del sentir de muchos panameños. Panamá es un país caro, desigual y se prevé un desempleo de 25% para el final del 2020, lo que se traduciría en alrededor de medio millón de personas sin trabajo.

Todos quisiéramos dinero más barato. Especialmente ahora.

El peligro de la propuesta es que representaría un cataclismo radical con un costo de miles de millones de dólares para el centro bancario. Pasar de 19% de interés a 1.25% es un sueño para el consumidor, y una pesadilla para el banco.

Es un salto que los banqueros no ven viable, y que advierten podría poner en peligro uno de los centros bancarios más robustos del continente.

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