¿Qué es el pie equino varo y cómo se trata?

Las malformaciones más comunes que presentan los neonatos son la presencia de deditos adicionales en manos y pies o ausencia o fusión de estos y la displasia de cadera.

Qué es el pie equino varo y como se trata?
Qué es el pie equino varo y como se trata? / Foto/ Pixabay

Aunque muy poco mencionada, una de las condiciones comunes o malformaciones físicas congénitas que detectan tanto enfermeras como especialistas médicos en la revisión protocolar tras el nacimiento de un bebé, es el pie equino varo.

El nombre de esta condición proviene de la forma del piecito del bebé, con la punta de los dedos apuntando hacia abajo (equino) y hacia adentro (varo), como si se estuviera parando en la punta de los pies es fácil de reconocer pues si uno le mira de lado, asemeja una mano que va a aplaudir”, explicó Renán Araúz, ortopeda del Hospital Paitilla.

¿Cómo ocurre?

De acuerdo con Araúz, esto puede significar desde solo una apariencia por un acortamiento de tendones y otras estructuras hasta manifestaciones de otros síndromes, igualmente congénitos, de tipo respiratorio, cardiovascular o de desarrollo de la columna, como la espina bífida.

El experto agregó que puede presentarse en uno solo o en ambos pies en 6 o 7 de cada mil nacimientos “aunque últimamente la mayoría de los casos que he atendido lo presentan de forma bilateral”, indicó.

Detección

Es posible detectarlo en el ultrasonido prenatal desde la decimosexta semana y esto no impide que la madre pueda tener un parto natural. Sin embargo, no se puede tratar hasta el nacimiento de bebé.

Según el ortopeda, para tratar de prevenir estas manifestaciones es clave la correcta nutrición y suplementación de la madre durante el embarazo, por ejemplo, para prevenir la espina bífida es esencial la ingesta de ácido fólico.

En otros casos, las malformaciones ocurren ya por cuestiones genéticas y aquí no es posible tomar acción previamente.

Severidad

Presenta diferentes grados de severidad, desde una postura del pie totalmente rígida, que no se puede corregir a un pie que si se puede manipular pasivamente hasta llevarlo a la posición normal.

El tratamiento inicia tan temprano como la segunda semana de vida del bebé. “La recomendación con evidencia es el uso del yeso correctivo, técnica del ortopeda español Ignacio Ponsetí, quien trabajó por años en su desarrollo tratando de evitar una cirugía muy agresiva y salvando de una vida de discapacidad a muchos niños”, acotó Araúz.

Tratamiento

El tratamiento consiste en reemplazar el yeso progresivamente cada semana (5 a 6 cambios). Posteriormente, el bebé utilizará unas férulas para dormir, las cuales se modifican una vez el bebé empieza a caminar y hasta los cinco años para lograr una normalidad del 95%.

Esto en el caso que la malformación sea solo en el área. Ya si es parte de otro síndrome o condición, se aplican los yesos igualmente, pero debe ir acompañado de un tratamiento integral.

El niño luego del tratamiento no debe presentar secuelas, salvo unas pantorrillas de apariencia discretamente delgadas, lo cual es más notorio cuando la malformación ocurrió en un solo pie al comparar con la extremidad sana.

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