La imagen de Erdogan con Gündogan y con Mesut Özil, que no jugó este viernes por una leve lesión, continúa agitando los ánimos en la prensa alemana.

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Gündogan fue abucheado cuando entró en el partido en el minuto 57 y en distintas fases del partido.

El cuerpo técnico y los responsables de la Mannschaft quiere centrarse en la preparación del Mundial de Rusia (14 junio-15 julio) y reprochó a los periodistas que sigan hablando del asunto, varias semanas después.

"No pararéis nunca", dijo el mánager de la selección alemana, Oliver Bierhoff, a la televisión ARD tras el partido ante los saudíes. "Ponéis eso encima de la mesa todos los días porque no tenéis otros temas", reprochó.

El seleccionador Joachim Löw, cuando Gündogan entraba al campo, se giró hacia el público e hizo una señal de aplauso, intentando que cesaran los abucheos.

"No ayuda a nadie abuchear a un jugador del equipo nacional", declaró el entrenador tras el partido, visiblemente molesto. "¿Qué tiene que hacer Ilkay ahora? Se hizo una foto (con el presidente Erdogan), OK. Pero luego habló con la prensa y dijo que era fiel a los valores alemanes. Llega un momento en el que hay que pasar página", dijo.

El 13 de mayo, Gündogan y Özil participaron en Londres en un encuentro de la comunidad turca con el presidente Erdogan. Le regalaron camisetas de sus clubes respectivos (Mánchester City y Arsenal).

Las fotos del acto fueron publicadas en las redes sociales por el equipo de Erdogan, en campaña electoral.

La Federación Alemana de Fútbol (DFB) reaccionó en caliente, acusando a sus futbolistas de dejarse manipular: "El fútbol y la DFB defienden valores que no son para nada tenidos en cuenta por el señor Erdogan".