El banco central de Turquía aumenta fuertemente su principal tasa de interés

El banco central de Turquía aumentó el jueves su principal tasa de interés en 475 puntos básicos, hasta el 15%, respondiendo a las expectativas de un cambio en la política monetaria tras los nombramientos en el equipo económico.

Esta espectacular subida se produce tras la doble sustitución del ministro de Hacienda Berat Albayrak, yerno del presidente Recep Tayyip Erdogan, por Lütfi Elvan, y del gobernador del Banco Central Murat Uysal por Naci Agbal.

La reunión del jueves del comité de política monetaria del banco central, la primera desde la llegada de Agbal, fue vista como una prueba de credibilidad para la institución cuya independencia fue puesta en duda por los mercados.

Durante varios meses, los mercados habían pedido un aumento significativo de las tasas de interés del banco central para frenar la inflación, pero la institución, por el contrario, los había bajado varias veces bajo la presión de Erdogan.

Muestra de la satisfacción de los mercados tras el anuncio del banco central el jueves, la lira turca subió un 2% frente al dólar, antes de estabilizarse en torno a 7,60 por dólar a las 12h00 GMT.

Después de los cambios de gabinete Erdogan prometió que comenzaría una "nueva era", comprometiéndose a mejorar el estado de derecho y a tomar las medidas necesarias para dar un giro a la economía, aunque ello signifique beber "pociones amargas".

El jueves, el banco central se comprometió a aplicar un "ajuste monetario transparente y enérgico" para combatir la inflación, que en octubre se situó en el 11,9% interanual.

La subida de los tipos de interés decidida por el banco central el jueves "parece ser suficiente para convencer a los inversores de que se está produciendo un cambio real en la dirección de la política económica en la dirección correcta", según una nota de Capital Economics, que esperaba un aumento de 450 puntos básicos.

La lira turca, que ha sufrido una fuerte erosión desde 2016, se ha recuperado en los últimos días, lo que refleja las esperanzas de volver a una política económica más ortodoxa tras la partida de Albayrak.