Grecia alcanzan un acuerdo con sus acreedores
Grecia alcanzó el lunes un acuerdo con sus acreedores europeos en el que promete nuevas medidas de austeridad para evitar una salida del euro y el consiguiente caos financiero global.
El acuerdo requiere que Atenas, ya golpeada por duras reformas y un declive económico, recorte aún más gastos a cambio de más préstamos sin los que su sistema financiero colapsaría con certeza. El acuerdo, que aún necesita la aprobación del parlamento griego, será el tercer rescate del país en cinco años.
Para conseguir un acuerdo, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, tuvo que superar la profunda desconfianza de muchos de sus socios en la eurozona de 19 países.
Apenas una semana antes, el primer ministro había instado a los griegos a votar en un referéndum para rechazar muchas de las medidas que aceptó el lunes, y el acuerdo le obligó a renegar de muchas de sus promesas electorales.
"Conseguimos evitar las medidas más extremas", dijo Tsipras. "Grecia peleará para volver al crecimiento y reclamar su soberanía perdida".
Ambas partes reconocieron las agrias disputas que mantuvieron enfrentados a los jefes de gobierno durante meses, y siguieron negociando hasta pasadas nueve horas del plazo límite de la medianoche del domingo. La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que además de cerrar el acuerdo, "debe reconstruirse la confianza".
"Grecia tiene una oportunidad de volver a la senda del crecimiento", dijo, aunque "será un largo camino".
Por su parte, el presidente francés, François Hollande, dijo que es un camino que merece la pena emprender. Hollande señaló que el parlamento griego se reuniría en cuestión de horas para votar las reformas pedidas en el plan, y expresó su alegría por la permanencia de Grecia en el euro. Permitir que Grecia saliera de la eurozona hubiera supuesto perder un país que está en el "corazón de nuestra civilización", afirmó Hollande.
Durante los tres días de negociaciones entre Grecia y sus acreedores internacionales, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, buscó un acuerdo mejor para convencer a su reacio parlamento en Atenas, mientras el colapso financiero se acercaba más cada día.
Las conversaciones avanzaron en una reunión entre Tsipras; la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. La amenaza de expulsión de la zona euro puso una enorme presión sobre Tsipras para que aceptara impopulares medidas de austeridad, porque la gran mayoría de su población quiere permanecer en la eurozona.
"Asumimos la responsabilidad de la decisión para evitar la aplicación de los objetivos más extremos", dijo Tsipras. "afirma. "Logramos evitar la exigencia de transferir activos griegos al extranjero, evitar el colapso del sistema financiero".
El acuerdo incluye el compromiso de Tsipras de que el parlamento adoptará lo antes posible un estricto programa de austeridad con privatizaciones y reformas de mercados y pensiones. A cambio, los otros 18 países de la eurozona se comprometen a iniciar conversaciones sobre un nuevo rescate.
"Los griegos tienen que demostrar que son creíbles, demostrar que van en serio", dijo Jeroen Dijsselbloem, presidente del eurogrupo de ministros de Finanzas de la eurozona, crítico desde hace tiempo con el gobierno de Tsipras.
Grecia ha solicitado un paquete a tres años de 53.500 millones de euros (59.500 millones de dólares) en ayuda financiera, pero ese número creció en miles de millones conforme se alargaban las negociaciones y los delegados calculaban cuánto necesitaría Grecia para seguir siendo solvente. Los acreedores reclaman duras medidas de austeridad a cambio del tercer rescate de Grecia en cinco años.