La insólita censura de E.T., el extraterrestre en Escandinavia ¿Una amenaza para la infancia?

Censura

Pocos imaginan que la entrañable película dirigida por Steven Spielberg en 1982, alguna vez fue considerada un riesgo para la salud mental infantil.

Fotograma de la película "E.T., el extraterrestre" con la que el director Steven Spielberg consiguió fama mundial. / Archivo EFE

Mientras millones de niños en el mundo lloraban y reían con la amistad entre un niño y una criatura de otro planeta, las autoridades de países como Suecia, Noruega y Finlandia optaron por una decisión que causó asombro internacional: prohibir el acceso a los menores de 11 años.

Aunque en Estados Unidos la película fue clasificada como PG, permitida con supervisión parental, Escandinavia tomó otro rumbo. En 1983, la directora de censura cinematográfica de Suecia, Gunnel Arrbäck, explicó que el filme de Spielberg contenía un tono “amenazante y aterrador”, al punto de provocar “lesiones mentales” en los niños de entre 7 y 11 años, según reportó United Press International (UPI). Arrbäck fue aún más clara: “La película muestra a los adultos como enemigos de los niños”, una visión que las autoridades consideraron inadecuada para el público infantil.

Curiosamente, E.T. no nació como una historia para niños. Su génesis fue un oscuro proyecto titulado Night Skies, donde Spielberg y el guionista John Sayles exploraban una invasión de extraterrestres hostiles que aterrorizaban a una familia en el campo. El primer borrador incluía tortura animal, mutilaciones y ataques a niños. Pero algo cambió en Spielberg. Tras el éxito de Encuentros cercanos del tercer tipo (1977), y marcado por la experiencia del divorcio de sus padres, el director reorientó el concepto hacia una historia más íntima y emocional.

Fue entonces cuando entró en escena la guionista Melissa Mathison, quien transformó el relato en lo que hoy conocemos: E.T., el extraterrestre, una oda a la amistad, la soledad infantil y la empatía. La película cuenta la historia de Elliott, un niño que encuentra y protege a un extraterrestre perdido. Aunque Spielberg suavizó el tono del proyecto original, el filme no perdió sus momentos de tensión.

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En los países escandinavos, la mayor preocupación se centró en las secuencias que mostraban a E.T. pálido, moribundo y siendo sometido a experimentos médicos. La imagen de un ser indefenso invadido por adultos con batas y mascarillas médicas generó alarma. Los censores también señalaron el lenguaje y la presencia de agentes armados irrumpiendo en la casa de los protagonistas como elementos perturbadores. La escena donde un niño llama “penis breath” (aliento a pene) a su hermano fue otro de los puntos objetados por quienes defendían una protección estricta de la niñez.

Mientras tanto, la crítica internacional alababa el equilibrio emocional de la cinta. Con una banda sonora inolvidable de John Williams y actuaciones destacadas de Henry Thomas y Drew Barrymore, E.T. recaudó más de 800 millones de dólares en todo el mundo y se convirtió en un fenómeno cultural. El sitio Rotten Tomatoes la colocó en el primer lugar de las películas de Spielberg, consolidando su estatus como una obra maestra del cine familiar.

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