El Talón de Aquiles: ¿Qué pasó en realidad con el guerrero de 'pies ligeros' y su único punto débil?

Cuando nos queremos referir a una actividad o situación que se nos complica decimos la frase 'Es mi talón de Aquiles' refiriéndonos al héroe griego que murió en la guerra de Troya pero, en su historia real, ¿Qué tiene que ver la frase con situaciones complicadas?

El cuerpo humano cuenta con dos tendones que conectan los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón, sin embargo, cuando utilizamos la frase 'Es mi talón de Aquiles', no nos referimos a los tendones más grandes y fuertes del cuerpo que nos permite saltar o estar de puntillas.

Dentro de las historias griegas hay varias versiones que se refieren al héroe que combatió en la guerra de Troya. Es necesario partir desde antes del nacimiento de Aquiles, con su madre 'Tetis', una divinidad marina, de quien Zeus y Poseidón, se habían enamorado y ambos estaban haciendo lo imposible por conquistarla.

Una de las versiones cuenta que Temis, 'La del buen consejo' sabía que con tal de mantener el orden en el olimpo, el rey de los dioses y el rey del mar no podían tener un hijo con Tetis, pues una profecía dictaba que el hijo que tuviera la ninfa llegaría a ser más magnífico que su padre.

Al conocer esto, Zeus se preocupó y se aseguró que Tetis se casara con un mortal para que nunca pudiera desafiar el poder divino. El afortunado fue Peleo, el rey de los guerreros, que además de ser piadoso y digno para tener una esposa divina, era mortal, por lo que no podría engendrar a un hijo inmortal. Esto a Tetis no le gustó, debido a que algún día la amarga muerte le arrebataría a su hijo.

Algunas historias narran que la diosa intentó inmortalizar a Aquiles sumergiéndolo en el río Estix, que significa 'estremecimiento' el cual marca el límite entre el mundo de los vivos y el de los muertos. La única parte del cuerpo de Aquiles que permaneció vulnerable fue su talón, ya que desde ahí Tetis lo sostenía para que no se ahogara cuando lo bañaba en las mágicas aguas.

Este momento fue inmortalizado en una pintura al óleo por el pintor alemán Peter Paul Rubens en 1635, siendo la primera pieza de arte de una serie de encargos donde Rubens debía plasmar la historia de Aquiles.

Este descuido le costó la vida a Aquiles años después cuando durante la guerra de Troya se enamoró de la reina de las Amazonas, Pentesilea, y justo en el momento que sus miradas se cruzaron, el Príncipe troyano Paris disparó una flecha envenenada, que fue guiada por Apolo, el dios Griego que apoyaba a los troyanos, dando en el lugar exacto, el talón de Aquiles.

Desde entonces y en la actualidad, es normal hacer referencia al talón de Aquiles cuando se quiere referir al punto vulnerable de alguien. Puede ser una situación, una persona o lugar.