Hawkins gira hacia la psicología con su nuevo thriller, "Escrito en el agua"

La escritora Paula Hawkins posa ante uno de los trenes del Museo del Ferrocarril de Madrid, con motivo de la presentación de su noverla "La chica del tren", una obra de intriga psicológica que parte de una "ventana indiscreta" desde un tren, en el que la autora reconoce claras influencias de Hitchcock.
La escritora Paula Hawkins posa ante uno de los trenes del Museo del Ferrocarril de Madrid, con motivo de la presentación de su noverla "La chica del tren", una obra de intriga psicológica que parte de una "ventana indiscreta" desde un tren, en el que la autora reconoce claras influencias de Hitchcock. / EFE
Efe
09 de junio 2017 - 11:34

Paula Hawkins, que se convirtió en todo un fenómeno con "La chica del tren", un superventas del que ha vendido 20 millones de libros en todo el mundo, regresa ahora con "Escrito en el agua", un "thriller" sobre "cómo reconstruimos la memoria ante un hecho doloroso para protegernos".

Así lo explica a Efe la escritora y periodista británica -nacida en Zimbabue-, que estos días está presentado en España su esperada nueva obra, "Escrito en el agua", publicado por Planeta.

Y si en "La chica del tren", el primer libro que Hawkins escribió tras dejar el periodismo económico, planteaba una narración sobre Rachel, una mujer que viaja en tren todos los días para ir a trabajar a Londres y observaba la vida de una pareja, en "Escrito en el agua" la historia es más psicológica.

La novela comienza con unos sucesos que ocurren en el norte de Inglaterra y que tienen a dos hermanas como protagonistas, aunque después lo recuerdan de forma muy distinta.

Un juego de verdades y mentiras, donde nada es lo que parece, con viajes al pasado, con muchos personajes y lugares como La poza de las ahogadas, donde aparece muerta Nel Abbot, quien poco antes de morir llama a su hermana Jules sin éxito.

Jules regresa a ese lugar para resolver la muerte de su hermana, que según las autoridades se ha suicidado, y para hacerse cargo de una díscola sobrina.

"Todos los personajes tienen secretos y lo que me interesaba son las maneras, las formas con las que la gente tiende a aliviar su pena, su trauma, su miedo; cómo se recuperan o fracasan a la hora de intentarlo", argumenta Hawkins.

Los derechos de esta nueva novela ya han sido comprados para llevarla al cine por DreamWorks Pictures y Marc Platt Productions, los mismos que lo hicieron con "La chica del tren" (2016), protagonizada por Emily Blunt.

"El éxito de mi anterior libro no es fácil de explicar, porque nadie sabe muy bien cómo funcionan estas cosas -sostiene-, pero se trataba de un argumento con una protagonista que podía ser universal, y esta nueva novela, que he escrito sin presión ni miedo al éxito o fracaso, comenzó con una idea sobre la familia y las relaciones rotas".

"Siempre he pensado -continúa- en cómo podemos llegar a tener memorias distintas sobre cosas que sucedieron en la infancia. Construí la historia alrededor de un incidente sobre el que ambas tienen visiones totalmente distintas".

Y es que la familia para esta autora es capaz de lo mejor y de lo peor. "Las relaciones familiares son las más formativas, las que nos convierten en las personas que luego somos. A veces dejamos que los conflictos persistan y otras veces, no; pero en la familia es fácil herir o que te hieran", subraya.

Hawkins se suma así a un grupo de escritoras de novela negra que tratan el tema de la violencia doméstica. "La novela negra o el 'thriller' es un género muy interesante para tratar los temas sociales y de las mujeres, quienes en la vida doméstica son susceptibles de sufrir más violencia que los hombres. La ficción crea mucha empatía, no es como si alguien te estuviera dando lecciones o algún sermón", recalca.

Tana French, Megan Abbot o Sophie Hanna son algunas de las escritoras a las que admira Hawkins, que acaba de llegar de Londres, donde reside y donde se ha producido el último ataque terrorista.

"Es terrible, no puedo entender cómo algo así se puede producir, ni en las calles ni en un estadio de fútbol con tanta gente joven. Supera a cualquier ficción. No puedo comprender ni entender la cabeza de estos hombres. Creo que también escribo para evadirme de la realidad", reconoce la escritora.

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