Javier Montes vuelve a Brasil arrastrado por 'Luz del fuego'
Tras "Varados en Río", Javier Montes regresa a Brasil arrastrado por la figura de Dora Vivacqua, una pionera naturista y feminista brasileña conocida por el nombre artístico de "Luz del Fuego", que será la protagonista del nuevo trabajo del escritor español.
Montes (Madrid, 1976) se encuentra en estos días Brasil para investigar la vida de esta bailarina, impulsora del nudismo en las playas cariocas y actriz que se codeó con las figuras más populares del Hollywood de los años 40 y 50, cuando Río vivió sus años dorados.
Un personaje que despertó la curiosidad del escritor casi por casualidad, mientras preparaba su último libro, "Varados en Río", en el que se acerca a los exilios en Río de cuatro reconocidos intelectuales muy diferentes entre sí, la española Rosa Chacel, el argentino Manuel Puig, el austríaco Stefan Zweig y la estadounidense Elisabeth Bishop.
Los cuatro quedaron "varados" en Río, una ciudad "que no tiene medias tintas. Nos olvidamos pronto de los sitios amables, pero en Río, la naturaleza las desigualdades, la arquitectura... o te apasiona o te repele", señala Montes en una entrevista con Efe.
Río "es un sitio muy ambiguo, tienes que negociar con él", opina el escritor español, que mantiene una intensa relación con Brasil desde su primera estancia en el país, hace una década, y considera que el gigante suramericano "es un gran desconocido" para Europa, pese a que vivió una efervescencia cultural en los años 50 "interesantísima".
"Brasil tuvo una modernidad muy interesante. Le ha dado un poco la espalda al resto de América Latina y eso también le da su mística y su encanto", apunta.
También Brasil y España deberían hacer un "esfuerzo mutuo" para conocerse mejor, según el autor de "La vida de hotel", quien encuentra algunas similitudes entre ambos países, como la "bipolaridad".
"Los brasileños y los españoles somos bipolares", opina Montes. El escritor volverá a Madrid en breve para empezar a volcarse en su trabajo sobre Luz de Fuego porque "soy de los que necesita alejarse del sitio para poder escribir".
En España, añade, el impacto de la crisis económica ha sido "devastador" y ha acentuado "la crisis de modelo" que vive el mundo literario.
"La generación anterior a la mía pudo vivir de actividades relacionadas con la literatura, pero la mía se ha hecho a la idea de que no", lamenta. "Escribir es una vocación, no un medio para conseguir ingresos" y "es una vocación que empieza como lector, en la infancia", continúa Montes.
"Hay que dedicarse a la literatura por otro aliciente que no sea económico", aunque "hay compañeros que siguen haciendo literatura domesticada, con ganas de agradar. Parece que buscan la receta de los libros que venden, aunque uno nunca sabe por qué venden".
En su caso, reconoce que "no sabría cómo estar en el mundo sin la literatura. No sabría hacer otra cosa, porque es mi manera de relacionarme, de estar en el mundo".
No obstante, admite que asistimos a "una crisis de modelo", con el avance de las nuevas tecnologías, que hará cambiar la literatura tradicional. "Es como hacerte monje copista el mismo año en que Gutenberg inventó la imprenta", bromea durante la entrevista con Efe, convencido de que la premisa "el medio es el mensaje, es totalmente cierta ahora".
"Seguirá existiendo la necesidad de construir historias, aunque será difícil seguir leyendo y escribiendo como ahora", agrega. Se define como "semioptimista y semipesimista" sobre el futuro del sector y admite que "será difícil que dentro de cien años alguien se siente a leer "Guerra y Paz" sin pestañear, como nosotros no leemos los libros de caballerías ahora". Aunque, concluye, "seguimos leyendo El Quijote".