El V&A de Londres deconstruye la legendaria personalidad de Frida Kahlo

Cuadro Diego en mi pensamiento de la pintora mexicana Frida Kahlo. / AFP
Afp
13 2018 - 13:35

El museo Victoria and Albert de Londres reúne en una magnífica exposición sobre la pintora mexicana Frida Kahlo sus vestidos, pinturas y objetos tan personales como su pierna protética, que ayudan a entender una personalidad que sigue fascinando.

"Frida Kahlo: Making Her Self Up", ("haciéndose ella misma) que se inaugura el sábado y estará abierta hasta el 4 de noviembre, presenta más de 200 objetos de la Casa Azul, el estudio y vivienda de infancia de la pintora en el barrio capitalino de Coayacán y donde murió en 1954 a los 47 años.

Es la casa que sirvió de refugio durante un par de años al revolucionario ruso León Trotski, quien fue fugazmente su amante.

En la muestra hay vestidos, joyas, cartas, pinturas, fotos familiares, maquillaje, medicamentos, sus corsés médicos o la mencionada pierna protética.

Esa pierna "es muy moderna y superbonita. Tiene una bota roja, le puso unos retazos de bordados chinos, le puso un cascabel incluso para que sea más evidente. ¿Por qué iba a ser una pierna fea si ella era una artista?", explicó a la AFP la mexicana Circe Henestrosa, comisaria de la exposición junto a Claire Wilcox.

- Una vida atormentada por el cuerpo -

Los problemas de salud de Kahlo fueron devastadores, pero la pintora supo hacer de la adversidad virtud.

Esta hija de un fotógrafo alemán y de una mexicana sufrió poliomelitis de niña, y como resultado le quedó la pierna derecha más corta, una extremidad que le acabaría siendo amputada en 1953, un año antes de su muerte.

Cuando tenía 18 años, el autobús en el que volvía de la escuela preparatoria con un compañero fue embestido por un tranvía. Un pasamanos de acero del tranvía atravesó a la joven por el abdomen, se le rompió la columna en tres lugares, la clavícula, dos costillas, la pierna en once puntos, la pelvis en tres y sus órganos sexuales quedaron muy dañados, impidiéndole tener hijos.

Se perdió una estudiante de medicina, pero se ganó una artista, porque empezó a pintar en su larga convalecencia, con la ayuda de un caballete especial con el que podía pintar desde la cama y de un espejo que le permitía usarse a sí misma de modelo.

"Es el principio de la carrera de una gran artista, pero también del deterioro de su cuerpo", explicó la comisaria Henestrosa, que en 2012 organizó ya en la Casa Azul una exposición sobre los vestidos y que tiene una conexión familiar con ellos.

- La lección de Kahlo: "está muy bien ser distinta" -

La tía de Henestrosa era parte del círculo intelectual de la pintora y "le traía estos huipiles de la región del istmo de Tehuantepec", en el estado de Oaxaca (sur), recordó.

El huipil es una blusa o vestido indígena mexicano, generalmente de colores vivos y adornado con bordados.

Con él, Kahlo "quería demostrar sus valores mexicanos, se quería ver muy mexicana", en una época, la inmediatamente posterior a la Revolución, en la que el país busca reforzar su identidad en el indigenismo. Además, "ella era comunista, y la hace parecer más del pueblo", añadió la comisaria.

Las cuestiones políticas no explican del todo la indumentaria, hay más

"Empieza a usar faldas largas para disimular la pierna, es la primera vez que empieza a establecer una relación entre su cuerpo y su indumentaria", narró la curadora, recordando además que el huipil atrae la mirada al torso.

"Esa es la parte que queremos mostrar en la exposición: Frida la persona, Frida la mujer, una persona a la que le gustaba el perfume, que era increíblemente femenina, que no dejó que la discapacidad la definiera. Una artista mexicana, de piel morena, discapacitada, que sirva de modelo a las chicas jóvenes: ser diferente es algo increíble, está muy bien ser distinta".

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