Un gato olvidado en la bodega de un avión viajó 23 horas y cruzó dos países antes de ser rescatado

Mascotas

La historia de Mittens, un Maine Coon que sobrevivió tres vuelos consecutivos, desata polémica sobre los protocolos de las aerolíneas.

Foto ilustrativa de un gato / AFP

El 13 de enero, un gato de raza Maine Coon llamado Mittens protagonizó un insólito incidente que ha llamado la atención internacional. Todo comenzó cuando la mascota, junto a su familia, abordó un vuelo de Air New Zealand desde Christchurch, Nueva Zelanda, con destino a Melbourne, Australia, donde los esperaba su nuevo hogar.

Según las políticas de la aerolínea, los animales de gran tamaño deben viajar en guacales dentro de la bodega del avión. Sin embargo, tras aterrizar en Melbourne, Margo Neas, dueña de Mittens, notó que el gato no fue desembarcado junto con el resto del equipaje. Al informar la situación al personal del aeropuerto, recibió una noticia inesperada: Mittens seguía a bordo del avión, que ya había despegado de vuelta a Nueva Zelanda.

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La confusión ocurrió porque el guacal del gato quedó oculto detrás de una silla de ruedas en la bodega del avión, lo que impidió que los trabajadores lo notaran. “No podía creer lo que me estaban diciendo. Mi gato estaba cruzando el océano otra vez sin nosotros”, comentó Neas en redes sociales.

Cuando la tripulación del vuelo de regreso fue informada de que llevaban un “pasajero adicional”, el piloto tomó medidas para proteger al animal. Activaron la calefacción de la bodega para contrarrestar las bajas temperaturas que podrían haber sido fatales para Mittens.

Tras aterrizar nuevamente en Christchurch, el personal de la aerolínea revisó la condición del gato, confirmando que se encontraba sano pero algo inquieto. Con ese alivio, lo prepararon para su tercer vuelo en menos de 24 horas: el regreso a Melbourne y la tan esperada reunión con su familia.

Finalmente, tras un total de 23 horas y tres vuelos entre dos países, Mittens se reencontró con su familia, quienes lo recibieron emocionados. Aunque había perdido algo de peso, su estado general era bueno.“Estamos agradecidos de que Mittens esté sano. Air New Zealand se ha disculpado y nos reembolsará los costos relacionados con su viaje”, dijo Neas, aliviada tras el angustiante episodio.

Este incidente ha generado críticas sobre los procedimientos de las aerolíneas para el manejo de mascotas. Aunque Air New Zealand actuó con rapidez una vez que se detectó el problema, muchos usuarios en redes sociales cuestionaron cómo un error de esa magnitud pudo pasar desapercibido.

La aerolínea, por su parte, se comprometió a revisar sus protocolos para evitar que algo similar vuelva a ocurrir. “Estamos trabajando para garantizar que las mascotas de nuestros pasajeros sean tratadas con el máximo cuidado en el futuro”, señaló un portavoz de Air New Zealand.

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