Red Hot Chili Peppers clausura por todo lo alto el Rock in Río
El Rock in Río, el mayor festival de música de América Latina, bajó hoy el telón con un ritmo frenético impartido por los Red Hot Chili Peppers, tras una jornada de buenas actuaciones marcada por los discursos políticos.
El famoso grupo californiano tuvo de teloneros a bandas como Capital Inicial, Sepultura, The Offspring o Thirty Seconds to Mars, que hicieron saltar y sudar con su música a las 100.000 personas que abarrotaron la Ciudad del Rock por séptima y última noche en esta edición del evento.
A los Red Hot Chili Peppers no les hizo falta ponerse en el bolsillo a un público que esperó pacientemente la actuación de clausura del festival y que enloqueció con unos primeros minutos únicamente de guitarra eléctrica para ir calentando motores.
El grupo abrió con "Cant Stop", siguió con "Snow" y "The Zephyr Song" y llevó a sus fans al éxtasis con "Californication", para cerrar con "Angels" y "Give Away".
Antes de los Red Hot Chili Peppers, otro grupo californiano, Thirty Seconds to Mars, mostró nuevamente una gran sintonía con el público, con su líder, el cantante y actor Jared Leto, apareciendo en el escenario desde una tirolesa, tal y como ya hizo en 2013, y pasando buena parte del concierto entre el público.
Leto mostró sus dotes de actor y capacidad para improvisar: comió un batido de açaí (una fruta amazónica muy energética), usó una bandera de Brasil que le lanzaron durante buena parte de su presentación, se hizo selfies e hizo subir al escenario a un grupo de fans.
Tanto los que subieron como los que no enloquecieron con éxitos como "Walk on The Water", "The Kill" y "Closer to Edge" pudieron disfrutar de un concierto corto en el que también participó el rapero brasileño Projota.
Previamente, The Offspring había hecho sudar y saltar a sus fans con una hora de punk rock marcada por un problema técnico que hizo que la música se escuchara a un volumen muy por debajo del habitual.
El grupo estadounidense actuó esta vez en el Palco Mundo, el principal, después de hacerlo en el secundario Palco Sunset en 2015, lo que generó una gran indignación entre sus seguidores y duras criticas a la organización.
The Offspring ofreció varios de sus mejores hits, como "Pretty Fly (For a White Guy), "Kid's Aren't Alright", "Come Out and Play" y "Self Esteem", con su vocalista Dexter Holland, a sus 51 años, demostrando que todavía está en gran forma.
Otra de las bandas con peso de la noche fue la brasileña Sepultura, que presentó su nuevo álbum, "Machina messiah", que mezcló con canciones antiguas y evidenció que, si bien pasan los años, su rock duro y pesado no ha perdido fuerza.
El otro grupo brasileño de renombre que actuó esta noche fue Capital Inicial, que encendió al público con criticas a la clase política de Brasil por la delicada situación económica y social que vive el país.
"Fuera todos! Fuera (Michel) Temer!. El ciudadano carioca prevalecerá, las elecciones están llegando. Quien esté aquí y sea de Río, llegó la hora de elegir otras personas. Basta de esta gente", dijo Dinho Ouro Preto, el líder de la banda.
Pocos minutos después agregó: "Una larga lista de políticos secuestró la democracia brasileña. Conspiraron contra la esperanza de todos nosotros, ciudadanos brasileños. Estoy convencido cada vez más de dos cosas: el poder corrompe y que Brasil es mayor y mejor que sus representantes", antes de dedicarle el "Qué país es este" al presidente Temer.
La décimo séptima edición del Rock in Río, séptima en Río de Janeiro, en donde el evento nació en 1985, cede ahora el turno a Lisboa, que vivirá su séptima edición el año que viene.
Durante las siete noches de este Rock in Río, repartidas en dos semanas, pasaron por la Ciudad del Rock estrellas mundiales como Justin Timberlake, Fergie y Shawn Mendes; representantes del soul como Alicia Keys, y bandas de pop rock como Maroon 5 y Pet Shop Boys, así como grupos de rock como Guns N'Roses, Aerosmith, Bon Jovi, Tears for Fears o Deff Leppard.
La edición de este año se realizó en la Ciudad del Rock, un espacio de 300.000 metros cuadrados del Parque Olímpico de Río de Janeiro que se convirtió durante siete noches en un verdadero parque de diversiones con varias atracciones que lograron dividir la atención del público presente con los varios escenarios instalados.