¡Increíble! El aire en la Estación Espacial está más contaminado que en la Tierra

Estación Espacial Internacional
Estación Espacial Internacional / NASA

Un grupo de científicos analizó la calidad del aire que respiran los astronautas en la Estación Espacial Internacional y los resultados que arrojó la investigación los dejó en shock. Y es que resulta que el aire en el espacio está mucho más contaminado que el que respiramos en la Tierra. ¿Cuál es la razón? Aquí te contamos

Desde que el mundo entró en la era de la revolución industrial en la segunda mitad del siglo XVIII, la polución producto de la explotación de los combustibles fósiles, de las grandes fábricas y el procesamiento químico, industrial y biológico, ha traído consigo un enorme desarrollo para la sociedad, pero también una fuerte contaminación ambiental, lo que ha impactado en la calidad del aire y el agua que consumimos.

Sin embargo, lo que uno nunca esperaría es que en el espacio, la contaminación del aire sería más elevada que en la propia Tierra. ¿Cómo es posible que esto ocurra si allá arriba no existen los gases de efecto invernadero?

De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Environmental Science and Technology Letters, las concentraciones de compuestos químicos potencialmente dañinos en el polvo recolectado de los sistemas de filtración de aire en la Estación Espacial Internacional (ISS) superan las que se encuentran en muchos hogares de Estados Unidos y Europa.

El estudio fue realizado por científicos de la Universidad de Birmingham en Reino Unido en colaboración con el Centro de Investigación Glenn de la NASA, y es el primero de este tipo en el que se analizan compuestos químicos como el éter, los hidrocarburos aromáticos, o los organofosforados.

Los contaminantes encontrados en el 'polvo espacial' incluyeron éteres de difenilo polibromados (PBDE), hexabromociclododecano (HBCDD), retardantes de llama bromados 'novedosos' (BFR), ésteres organofosforados (OPE), hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), y bifenilos policlorados (PCB).

Todos estos compuestos son materiales muy útiles en situaciones

concretas y por tanto beneficiosos para el desarrollo tecnológico del ser humano, pero pueden resultar dañinos cuando entran en contacto con nuestro cuerpo en las proporciones adecuadas. Por ejemplo, los compuestos BFR y OPE se utilizan en muchos países para cumplir con las normas de seguridad contra incendios en equipamiento eléctrico y electrónico o también en aislamiento de edificios o para recubrir mobiliario, tejidos o espumas.

Los investigadores creen que el uso de elementos que llevan a bordo los astronautas, como dispositivos electrónicos, ropa, herramientas o dispositivos médicos y ropa, son también fuentes potenciales de muchas de las sustancias químicas nocivas identificadas en el estudio.

Si bien lo que han obtenido es que las concentraciones de estos compuestos contaminantes orgánicos encontrados en la Estación Espacial Internacional superan los niveles de los hogares en tierra firme, los niveles detectados siguen estando dentro del rango observado aquí abajo y ninguno presenta niveles alarmantes.

La Estación Espacial Internacional es el objeto artificial más grande que hay en el espacio y el satélite terrestre artificial más grande pudiendo observarse con facilidad a simple vista desde la superficie. Sirve como un gran laboratorio flotante de investigación.

En la construcción de esta emblemática estructura, han participado Europa, Estados Unidos, Rusia, Canadá y Japón. De hecho, según destaca la Agencia Espacial Europea, la Estación Espacial Internacional es el programa cooperativo internacional más grande del mundo en ciencia y tecnología.

*Con información de www.muyinteresante.es y www.lasexta.com*

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