La 'torre aspiradora'

Esta construcción mide siete metros de altura y aloja en su interior un sistema que le permite funcionar como un 'aspirador' que absorbe el aire de la ciudad, elimina sus partículas contaminantes y lo expulsa depurado. Todo ello con un mínimo gasto eléctrico, en un espacio reducido y con una rápida instalación.

La torre purificadora, ya está funcionando en un parque de Rotterdam (Países Bajos) y en breve otro prototipo comenzará una gira por el mundo para efectuar demostraciones reduciendo la polución en ciudades como Pekín, Mumbai, México D.F., Los Ángeles y París, según adelanta el holandés Daan Roosegaarde, impulsor de esta iniciativa con su equipo de ingenieros y diseñadores.

No solo eso: con las partículas de 'esmog' recogidas por la denominada Smog Free Tower (torre sin esmog) o SFT y después transformadas, se fabricarán algunas piezas de joyería exclusivas y destinadas a tomar consciencia de la contaminación atmosférica y la necesidad de erradicarla.

“El objetivo de esta edificación, a la que sus diseñadores han bautizado como la ‘mayor aspiradora de esmog del mundo ', es fabricarla a gran escala e instalarla en distintos países para “hacer que las ciudades modernas vuelvan a ser habitables de nuevo”, informa a Efe Charlotte de Mos, portavoz de Studio Roosegaarde (www.studioroosegaarde.net) .

Micropartículas invisibles

“Los humanos hemos creado máquinas, como los coches, para mejorar nuestras vidas, pero ahora estas creaciones están haciendo que el aire esté extremadamente contaminado en las ciudades. En algunas de ellas la polución es visible y, en otras, los contaminantes no se ven, pero su impacto en nuestras vidas y la salud diaria es muy real”, según Roosegaarde.

“La SFT produce grandes “burbujas” libres de esmog en los espacios públicos, permitiendo a la gente respirar y vivir la experiencia de disfrutar aire limpio”, señala Roosegaarde, conocido por crear diseños sociales que conforman relaciones futuristas entre las personas y la tecnología.

La primera SFT, ya activa en Rotterdam, tiene 7 metros de alto y 3,5 de ancho, limpia unos 30.000 metros cúbicos de aire por hora, eliminando las partículas ultrafinas del esmog, sin generar ozono, no utiliza más electricidad que un hervidor de agua (unos 1400 vatios) y funciona con energía “verde”.

Roosegarde ha explicado, que la SFT “necesita solo 10 horas para purificar una cantidad de aire suficiente como para llenar el gigantesco pabellón deportivo del Madison Square Garden, en Nueva York, con cinco plantas y un aforo de más de 18.000 personas”.

Roosegarde y su equipo, explican que han construido el mayor purificador de aire en el mundo utilizando una tecnología de iones patentada, capaz de retirar del aire las partículas de esmog muy pequeñas que se inhalan y son perjudiciales para el corazón y los pulmones.

Este sistema ya se está utilizando en interiores, por ejemplo en hospitales, por lo que es seguro y ha sido probado, según afirman.

Bob Ursem, investigador de la Universidad de Tecnología de Delft, en los Países Bajos, señala a la revista “Wired” que en la parte superior de la torre hay un sistema de ventilación radial, alimentado por la energía del viento, que aspira el aire sucio y lo envía a una cámara donde a las partículas inferiores a los 15 micrómetros –millonésima parte de un metro- de diámetro reciben una carga eléctrica positiva.

Burbujas al aire limpio

“Al igual que las virutas de hierro atraídas por un imán, las micropartículas con carga positiva se adhieren a un contraelectrodo conectado a tierra y situado en la misma cámara, y, después, el aire limpio es expulsado a través de las rejillas de ventilación situadas en la parte inferior de la torre y que rodean toda la estructura, formando a su alrededor una burbuja de aire libre de esmog”, explica Ursem.

Este experto, que participa en el diseño y desarrollo técnico de la SFT, señala que el proceso no produce ozono, como sucede con otros sistemas purificadores de aire iónicos.

“Esta construcción es modular y se puede montar en un solo día, y el material no es pesado, así que su transporte también es relativamente fácil”, explicó Roosegaarde, quien agrega que, con las partículas de esmog abundantes en carbono recogidas, se fabrican unas joyas testimoniales.

El equipo de la SFT recoge una vez a la semana las partículas recolectadas de color negro que, después son comprimidas e introducidas dentro de unos pequeños cubos transparentes que se engarzan en anillos y gemelos. Estas gemas se entregan a quienes participan en la financiación del proyecto y cada una equivale a la limpieza de 1.000 metros cúbicos de aire contaminado.

“Los cubos llenos de las partículas de esmog comprimidas, de 8.4 por 8.4 milímetros, se fabrican con un material brillante y duradero, y sirven como un recordatorio, a quien las lleva, de sus esfuerzos por conseguir un mundo más libre de contaminación y como un punto de referencia artístico que simboliza el valor del aire limpio”, concluye Charlotte de Mos.