El desconfinamiento avanza en Inglaterra con picnics y piscinas descubiertas
Trajes de neopreno para el agua fría y grandes abrigos contra el viento. Los ingleses recobraron el lunes una limitada libertad, que les permite reunirse en pequeños grupos en el exterior y retomar deportes al aire libre en el marco de un prudente desconfinamiento.
Enfrentado a una cepa mucho más contagiosa del coronavirus originada en el sur de Inglaterra a finales de año, Londres cerró los comercios no esenciales el 20 de diciembre --restaurantes, cines, teatros, museos habían cerrado ya antes-- y decidió no reabrir las escuelas tras la vacaciones de Navidad, ordenando a la población "quedarse en casa".
Gracias a una reducción drástica en el número de contagios diarios (3.862 el domingo) y una exitosa campaña de vacunación que ya administró la primera dosis a 30 millones de personas (60% de los adultos), este tercer confinamiento nacional comenzó a levantarse muy tímidamente el 8 de marzo con el regreso de los alumnos a las aulas y la autorización de ver a una única persona en el exterior.
El progresivo desconfinamiento, que debe prologarse hasta finales de junio, pasó a una nueva etapa el lunes con la autorización de organizar reuniones de hasta 6 personas en lugares abiertos como parques o jardines privados y reabrir instalaciones de golf, tenis y piscinas descubiertas pese a las bajas temperaturas del agua.
Con trajes completos de neopreno, o los más valientes sin ellos, los bañistas nadaban desde la mañana junto a los cisnes en los estanques de los parques londinenses mientras sobre el césped comenzaban a instalarse los primeros pícnics.
Aunque el gobierno sigue alentando el teletrabajo siempre que sea posible y evitar el transporte público, queda también legalmente levantada la orden de "quedarse en casa" en el país más castigado de Europa por la pandemia, con más de 126.500 muertos confirmados por covid-19.
Llamados a la prudencia
Pese a esta pequeña relajación, prevista en una detallada hoja de ruta anunciada por el primer ministro Boris Johnson a finales de febrero, el gobierno sigue llamando a la población a la prudencia, advirtiendo del riesgo de que nuevas variantes menos reactivas a las vacunas den al traste con la desescalada de un confinamiento con graves consecuencias económicas y psicológicas.
Pese a haber pasado unos "últimos meses muy difíciles" y al deseo "impaciente" de ver a familiares y amigos cuando llegan las vacaciones de Pascua, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, llamó a los británicos a ser prudentes para "proteger los progresos realizados con la vacuna".
"Como demuestra el aumento de casos en Europa, este virus sigue siendo una amenaza muy real", advirtió.
La policía londinense insistió en que "todas las grandes reuniones" siguen estando prohibidas y prometió actuar rápidamente contra las fiestas en lugares cerrados y las reuniones multitudinarias.
El país, que ha administrado hasta ahora las vacunas de AstraZeneca/Oxford y Pfizer/BioNTech, y se enfrenta a una reducción en los suministros justo en el momento de inyectar las segundas dosis (distribuidas hasta ahora a 3,5 millones de personas) espera la entrega en abril de 17 millones de dosis de una tercera vacuna, la del laboratorio estadounidense Moderna, para alcanzar su objetivo de haber vacunado a toda la población adulta a finales de julio.
El siguiente paso en el desconfinamiento de Inglaterra está previsto el 12 de abril, con la reapertura de bares y restaurantes, y negocios no esenciales como las peluquerías que el propio Johnson, con una melena rubia más indisciplinada que de costumbre, dijo estar deseoso de visitar.
Permanecen prohibidos los viajes al extranjero, que según la hoja de ruta solo se permitirá a partir del 17 de mayo como muy pronto.
"Debemos mantener la cautela", insistió Johnson, subrayando que "el aumento de casos en Europa y las nuevas variantes que amenazan nuestra campaña de vacunación" podrían llegar al Reino Unido en tres semanas.
De momento, sin embargo, sigue adelante con su plan nacional "hacia la libertad", afirmó.