Salva de aplausos en Birmania para desafiar a la junta militar
Grupos de birmanos aplaudieron el lunes en la calle a las facciones étnicas armadas del país que se han opuesto a la junta, en una nueva forma de desafiar al régimen militar y a su mortífera represión.
Más de 560 civiles han muerto a manos de las fuerzas de seguridad en Birmania, desde el golpe de Estado del 1 de febrero que depuso el gobierno de Aung San Suu Kyi, según la Asociación de Ayuda a los Prisioneros Políticos (AAPP).
El balance podría ser, sin embargo, mucho más elevado. Unas 2.700 personas fueron detenidas, y muchas han sido dadas por desaparecidas.
Pese a ello, la movilización prodemocracia persiste, con decenas de miles de trabajadores en huelga y sectores entero de la economía paralizados.
Para esquivar las represalias, los manifestantes inventan nuevas formas de protesta.
El lunes pidieron a los birmanos que aplaudieran a los grupos rebeldes étnicos que les brindan apoyo.
En las calles de Sagaing (centro), un grupo de mujeres, con faldas tradicionales, salieron a la calle a aplaudirlos durante cinco minutos, según imágenes difundidas en las redes sociales. Otras acciones parecidas se repitieron en varios lugares del país.
La víspera, diez de las principales facciones armadas, que habían firmado un acuerdo de alto el fuego con el ejército en 2015, expresaron su apoyo al movimiento antigolpista.
"Los militares violaron el proceso de paz", dijo el lunes a la AFP el general Yawd Serk, al frente de una de estos grupos, el Consejo de Restauración del estado Shan.
"No decimos que el acuerdo nacional de alto el fuego esté roto, está suspendido", añadió.
Los manifestantes volvieron a salir de nuevo a las calles este lunes en varias zonas, como en Mandalay (centro), la segunda ciudad del país.