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Paris, Francia/Vehículos, aviones, vinos, carteras de lujo... Productos de sectores esenciales de la economía europea corren el riesgo de verse duramente afectados por los aranceles del 30 % anunciados el sábado por el presidente de Estados Unidos, que entrarían en vigor el 1 de agosto.
El presidente Donald Trump justifica estos impuestos aduaneros por un desequilibrio comercial entre Estados Unidos y la UE, en perjuicio de los estadounidenses.
La relación comercial entre Estados Unidos y la UE representa el 30 % del comercio mundial, con 1.680 millones de euros en bienes y servicios intercambiados en 2024, según la Comisión Europea.
Los productos farmacéuticos son los bienes más exportados desde Europa hacia Estados Unidos (22,5 % del total en 2024, según Eurostat), y de momento están exentos de los aranceles fijados por Washington.
Varias empresas farmacéuticas ya anunciaron inversiones en Estados Unidos para reforzar su producción allí, al tiempo que piden a la UE una flexibilización de su marco reglamentario.
Estados Unidos también es un "mercado clave" para la industria automovilística europea, que exportó en 2024 cerca de 750.000 vehículos, por un valor de 38.500 millones de euros, según la Asociación Europea de Constructores de Automóviles (ACEA).
Alemania produce la mayoría de estos vehículos exportados, en particular autos tipo sedán, SUV y deportivos de alta gama de marcas como Audi, Porsche, BMW o Mercedes.
En 2024, Estados Unidos representaba el 23 % de la facturación de Mercedes. El fabricante también produce allí sus SUV, que luego exporta a otros países. Estos modelos también podrían verse afectados por represalias europeas.
Los actuales aranceles estadounidenses ya pesan considerablemente sobre el sector aeronáutico, altamente globalizado.
Desde el 12 de marzo, se aplica una sobretasa del 25 % a las importaciones de aluminio y acero en Estados Unidos, materiales clave para la industria aeroespacial.
Además, todos los productos (incluidos los aviones) importados desde Europa deben pagar un arancel adicional del 10 %.
El acuerdo que se estaba negociando esta semana entre la UE y Estados Unidos, antes del anuncio de Trump el sábado, debía incluir exenciones para los sectores de aeronáutica, bebidas alcohólicas y productos cosméticos.
El sector del lujo se mantuvo relativamente discreto en los últimos meses en cuanto a sus reacciones, pero el impacto de los aranceles podría ser significativo.
LVMH, líder mundial del lujo, realiza una cuarta parte de sus ventas en Estados Unidos (y el 34 % de sus ventas de vinos y licores). Su presidente, Bernard Arnault, instó a los líderes europeos a resolver "amistosamente" las tensiones comerciales, incluso mostrándose "a favor" de "una zona de libre comercio" con Estados Unidos.
El grupo francés ya tiene en Estados Unidos tres talleres de Louis Vuitton y cuatro de la marca estadounidense Tiffany.
Hermès, conocido por sus bolsos Birkin y sus pañuelos de seda, ya había indicado que compensaría "por completo" los primeros aranceles del 10 % impuestos en abril por Donald Trump, aumentando sus precios de venta en Estados Unidos.
Pero 30 % es otra historia.
Los perfumes y cosméticos de marcas francesas e italianas se venden muy bien en Estados Unidos.
En 2024, L'Oréal realizó en ese país el 38 % de su facturación anual. Produce localmente un poco menos del 50 % de los productos que comercializa allí, según su dirección, y lo que se importa desde Europa corresponde principalmente a productos de lujo (Lancôme, Yves Saint Laurent, Armani...).
El director general de L'Oréal mencionó en abril la posibilidad de reubicar "una parte" de la producción en Estados Unidos.