Biden viaja a Turquía para sumarla al combate de EI
El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, se reunió este sábado con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para convencerlo de que se una a la coalición contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Irak y Siria.
El viaje de Biden, el responsable de mayor rango de visita en Turquía desde la elección de Erdogan como presidente, se produce en medio de una inusual tensión entre los dos aliados en la OTAN, cuya relación ha sido históricamente fuerte.
Una reunión de cerca de cuatro horas en el palacio presidencial turco no dejó anuncio de acuerdo, si bien Biden insistió en que las relaciones bilaterales son "tan fuertes como siempre".
La frustración de Washington viene de la participación relativamente limitada de Ankara en la lucha contra los yihadistas del EI, que se ha hecho con el control de grandes territorios en Irak y Siria, hasta llegar incluso a la frontera turca.
Turquía, por su parte, se siente molesta por el poco reconocimiento internacional que ha obtenido por acoger en su territorio a 1,6 millones de refugiados sirios. Además, rechaza apoyar a los combatientes kurdos sirios en su batalla contra los radicales, por las tensas relaciones que mantiene con los kurdos turcos.
Tras el encuentro de ambos dirigentes, Biden afirmó que, en relación con Siria, se habían discutido "toda una serie de asuntos y las opciones disponibles para abordarlos".
Entre esas opciones, se incluiría el refuerzo a la oposición siria y una transición del régimen del presidente sirio Bashar el Asad.
El encontronazo que Biden y Erdogan tuvieron el mes pasado, cuando el vicepresidente norteamericano sugirió que Erdogan había favorecido el ascenso del EI al apoyar a los rebeldes islamistas en Siria, parece haberse resuelto.
Biden aseguró que hablar de forma directa era "clave" en la relación entre Turquía y Estados Unidos.
"Hemos tenido una conversación franca y directa sobre todos los temas, que es lo que hacen los amigos", afirmó, y Erdogan respondió asegurando que Turquía quiere continuar la cooperación con Estados Unidos, "reforzándola".
Hasta ahora, la única contribución de Turquía a la coalición internacional que bombardea al EI ha sido permitir que un contingente de peshmergas (combatientes kurdos iraquíes) atravesase su territorio para reunirse con sus correligionarios sirios en Kobane, ciudad en la que resisten el asedio de los yihadistas desde hace dos meses.
Por el contrario, Ankara se ha negado a permitir que las fuerzas estadounidenses dirijan sus incursiones aéreas desde la base turca de Incirlik, forzándoles a hacerlo desde el Golfo, una posición más lejana y menos ventajosa.
- El EI, prioridad para EEUU -
Turquía ha puesto varias condiciones para jugar un papel de mayor relevancia en la coalición.
Primero, desea una estrategia claramente coordinada contra el régimen de Asad, su bestia negra, que incluya un programa de entrenamientos y equipamiento para las fuerzas opositoras moderadas. Además, ha exigido una zona de seguridad, reforzada por una zona de exclusión aérea, en el norte de Siria, a lo largo de su frontera con Turquía.
Un veterano responsable de la administración estadounidense explicó a la prensa que tanto Turquía como Estados Unidos estaban de acuerdo en la necesidad de hacer más para combatir al EI en Irak y Siria.
La divergencia se encuentra en el orden de prioridades, ya que mientras para Washington derrotar a los yihadistas es el principal objetivo, Ankara quiere situarlo en igualdad de importancia con el fin del régimen de Asad.
El responsable consideró que una opción intermedia podría ser que la zona de seguridad fuera creada por el Ejército Sirio Libre, si este logra hacerse con el control de la zona fronteriza entre Siria y Turquía.