Cuba adapta el Gobierno a la nueva Constitución sin sorpresas ni nuevos liderazgos

Fotografía cedida por Cubadebate, que muestra al presidente de Cuba, de Miguel Diaz-Canel, durante la cuarta sesión extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento)  en el Palacio de Convenciones de La Habana (Cuba).
Fotografía cedida por Cubadebate, que muestra al presidente de Cuba, de Miguel Diaz-Canel, durante la cuarta sesión extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) en el Palacio de Convenciones de La Habana (Cuba). / EFE
Efe
10 de octubre 2019 - 15:47

Cuba modificó este jueves sus principales instituciones de gobierno para adaptarlas al organigrama que establece la nueva Constitución, en una sesión parlamentaria sin sorpresas en la que Miguel Díaz-Canel fue designado presidente de la República y varios históricos revolucionarios abandonaron la cúpula.

Un año y medio después de relevar a Raúl Castro (2008-2018) como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Díaz-Canel, de 59 años, pasó a ser presidente de la República, un cargo que se eliminó en 1976 hasta que la Carta Magna proclamada en abril pasado lo restituyó, igual que la figura de primer ministro.

Varios miles de cubanos pidieron durante los debates de la nueva Constitución que el presidente del país fuera votado directamente por los ciudadanos, pero la iniciativa no prosperó y seguirá siendo la Asamblea (Parlamento unicameral) el órgano que designe al líder del país.

SIGUE EL RELEVO GENERACIONAL

La novedad más destacada en un día en el que no se esperaban sobresaltos fue la salida de dos longevos comandantes históricos de la Revolución cubana, que aparentemente se retiran de la primera línea política, en consonancia con el proceso de relevo generacional propugnado por Raúl Castro en los últimos años.

Además de elegir al presidente y vicepresidente de la República, los legisladores también debían designar este jueves los máximos responsables de la Asamblea, así como a los miembros del renovado y reducido Consejo de Estado, hasta ahora el máximo órgano decisorio del país.

Y ahí llegó la única sorpresa: quedaron fuera del Consejo Ramiro Valdés (87 años) y Guillermo García Frías (90 años), los únicos históricos comandantes que permanecían en el poderoso órgano rector, pero que seguirán en las altas esferas del Partido Comunista, donde aún se toman las grandes decisiones del país.

Con la reducción del Consejo de Estado de 31 a 21 miembros, salieron también destacados dirigentes como el canciller, Bruno Rodríguez, y los hasta ahora vicepresidentes Roberto Morales e Inés María Chapman, tres nombres que suenan como posibles candidatos a primer ministro.

La incógnita no se despejará hasta diciembre próximo, cuando en una nueva reunión del Parlamento el presidente Díaz-Canel dé a conocer la nueva composición de su gobierno, con un primer ministro (o primera ministra) al frente.

También propondrá entonces a los gobernadores y vicegobernadores provinciales, otros cargos constitucionales de nueva creación que serán votados en cada territorio.

DISCURSO DE TRINCHERA

El renovado enfrentamiento de Cuba con Estados Unidos -tras la efímera paz del "deshielo" al final de la presidencia de Barack Obama- y la crisis económica en la que está sumida el país marcaron el tono del primer discurso de Díaz-Canel como presidente de la República de Cuba.

"Mientras más nos agreden, mientras más nos intimidan, más crece la voluntad y la fuerza nacional: la unidad", dijo el gobernante, quien dio por iniciada "una nueva etapa de trabajo" institucional con el futuro como prioridad.

Las palabras del mandatario se difundieron en tiempo real a través de la cuenta de la Presidencia cubana en Twitter, ya que la televisión transmitió con un diferido de dos horas la importante sesión parlamentaria.

Díaz-Canel aludió a Estados Unidos como un "imperio viejo y desmoralizado" bajo la dirección de una "tropa de políticos mediocres y mendaces" y culpó una vez más a la Administración de Donald Trump de los males económicos de Cuba, bajo embargo de Washington desde hace seis décadas y acuciada ahora por nuevas sanciones.

Ante esta presión, que ha llevado al país a encarar en las últimas semanas una grave crisis de abastecimiento de combustible, el líder cubano llamó a "resistir", a ahorrar y a "sistematizar las buenas soluciones nacidas de los años más duros del Período Especial", en referencia a la grave y prolongada debacle económica que sufrió Cuba desde 1991 tras la caída de la URSS y la retirada de sus subsidios.

Asimismo, avanzó como prioridades de su Gobierno "las exportaciones, la inversión extranjera, la construcción de viviendas, la producción de alimentos, el turismo, el transporte y las fuentes renovables de energía".

El país "volverá a la normalidad", vaticinó Díaz-Canel, quien advirtió de que esta nueva etapa debe primar en los dirigentes "la disposición a echar por la borda el pesado lastre de prácticas obsoletas y mecanismos engorrosos, que ralentizan los procesos y debilitan la autoestima nacional".

QUÉ IMPLICAN ESTOS CAMBIOS

En la práctica, lo sucedido hoy no aporta grandes novedades al sistema político de la isla, que pese al cambio de nomenclatura de los cargos mantiene al mismo presidente y vicepresidente y también a las principales figuras parlamentarias.

El modelo de partido único sigue inalterado, aunque el nuevo organigrama del gobierno descarga al presidente de tareas como la coordinación del Consejo de Ministros, que pasará a asumir el primer ministro una vez sea designado en diciembre.

Los cambios conllevan también una desconcentración del poder Ejecutivo frente al modelo que rigió durante décadas en Cuba, donde Fidel Castro acumulaba el liderazgo de los principales órganos de toma de decisión, desde el Gobierno al todopoderoso Partido Comunista y las Fuerzas Armadas.

Díaz-Canel se convierte así, por mandato constitucional, en el primer civil al frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, puesto que antes ocuparon Fidel Castro como comandante en jefe y su hermano Raúl como general de Ejército.

La salida de los históricos de la Revolución que quedaban en el Consejo de Estado y la entrada de caras nuevas más jóvenes es otra de las claves de esta jornada, en un paso más de la política de rejuvenecimiento con la que la cúpula cubana busca dar continuidad a la Revolución.

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