Costa Rica: Masivas protestas de trabajadores y taxistas toman la capital

Miles de trabajadores públicos y taxistas tomaron este jueves las principales calles de San José de Costa Rica para demandar el respeto a sus beneficios laborales, en una jornada marcada por las protestas, tanto en la capital como en la caribeña provincia de Limón.

En una nutrida manifestación, trabajadores de las instituciones públicas de salud y educación, entre otros sectores, marcharon unas diez cuadras en San José hasta el edificio del Congreso, donde pidieron ser atendidos por los diputados.

Los sindicatos rechazan un proyecto de ley que pretende imponer en la administración pública el salario único por categorías, así como la eliminación de algunos beneficios establecidos en las convenciones colectivas de trabajo.

"Los últimos cinco gobiernos liberales han venido ofreciéndonos muchas cosas, pero el país esta mucho peor que hace veinte años", dijo el secretario de la Unión Nacional de Empleados de la Caja del Seguro Social (UNDECA), Luis Chavarría. "Y eso no es culpa de los empleados públicos", añadió.

Transportistas privados que dan servicio de taxi a domicilio, conocidos como "porteadores", protestaron también masivamente frente al Tribunal Contencioso Administrativo, en el sector norte de San José, exigiendo que se les otorgue unos 1.500 permisos de operación.

A la protesta se unió el sindicato de trabajadores portuarios de la caribeña provincia de Limón, 170 km al este de la capital, quienes suspendieron las actividades en uno de los muelles del puerto.

Costa Rica enfrenta un elevado déficit fiscal, cercano al 6% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que ha obligado al gobierno a proponer una serie de reformas tributarias para fortalecer la recaudación.

Sin embargo, los grupos empresariales y los partidos políticos de oposición son reacios a un incremento de los impuestos y demandan al gobierno tomar medidas para reducir el gasto, específicamente mediante la reducción de beneficios a los empleados, como anualidades y pagos por dedicación exclusiva.

El presidente Luis Guillermo Solís calificó las protestas de "innecesarias", y aseguró que el gobierno "ha estado dispuesto a escuchar a los sindicalistas y discutir con ellos la solución a sus problemas".

Las protestas generaron atascos en la capital durante toda la mañana, pese a los esfuerzos de la Policía de Tránsito por impedir los bloqueos.