Europeos buscan acuerdo antes de cumbre sobre migración

Angela Merkel.
Angela Merkel, junto a otras figuras políticas europeas. / AFP
Afp
16 de marzo 2016 - 11:21

Varios dirigentes europeos intentaban encontrar este miércoles un consenso de último minuto sobre el controvertido plan con Turquía destinado a atajar el flujo migratorio, la víspera de una nueva cumbre en Bruselas.

El plan con Turquía es controvertido para empezar desde el punto de vista jurídico, dado que todos los migrantes que llegan ilegalmente a Grecia desde Turquía serían devueltos a ese territorio. Pese a que a cambio la UE acogería a un refugiado sirio por cada uno de los expulsados, para la ONU, las oenegés y ciertos estados miembros, este mecanismo supone una expulsión colectiva, prohibida por el derecho comunitario.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, debía recibir este miércoles al jefe de Estado chipriota, Nicos Anastasiades, quien amenazó con torpedear el proyecto de acuerdo entre la UE y Turquía, lanzado por la canciller alemana Angel Merkel, y criticado por numerosos actores.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk reconoció, tras un encuentro en Ankara con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu, que en el camino hacia un acuerdo antes de la cumbre de los 28, prevista para el jueves y el viernes, seguía habiendo numerosos obstáculos.

Los detractores del proyecto consideran que este sometería a la UE al dictado del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, muy criticado por su deriva autoritaria; el miércoles, tres universitarios turcos fueron detenidos por "propaganda terrorista" tras firmar una petición en la que se denunciaba la violencia del ejército en sus operaciones contra los rebeldes kurdos.

Como contrapartida por su ayuda para frenar el flujo de refugiados hacia Europa, Turquía reclama hasta 6.000 millones de euros en concepto de asistencia, la aceleración de las negociaciones de su adhesión a la UE -actualmente congeladas- y la supresión de los visados de tránsito en el continente europeo para sus nacionales.

Chipre, en conflicto con Ankara desde hace décadas por la partición de la isla, amenazó con bloquear el inicio de las conversaciones.

No es un cheque en blanco

Por su parte, Merkel defenderá el miércoles su postura ante los diputados alemanes en Berlín. Pese a su flagrante derrota en las elecciones regionales del pasado domingo, debida en buena parte a su política de acogida de refugiados, advirtió esta semana de que no cambiará de postura.

Ante las críticas dentro de su propio bando por su acercamiento a Ankara, la canciller aseguró el lunes que el acuerdo no es un cheque en blanco para Turquía, y que dicho país debe cumplir "todas las condiciones sin excepción" para integrarse en la UE.

La dirigente alemana, opuesta a las soluciones "nacionales" y al límite del número de refugiados aceptados en Europa, llamará a los diputados a la solidaridad y al respeto de los valores europeos, en un momento en que decenas de miles de migrantes se agolpan en Grecia tras el cierre de la ruta migratoria de los Balcanes.

Pese a todo, la canciller ha admitido que la medida de cierre beneficia a su país, que ha visto descender en caída libre el número de demandantes de asilo. Alemania acogió en 2015 1,1 millones de refugiados.

Por su parte, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, negó estar chantajeando a los socios europeos.

La Unión Europea trata por todos los medios de reducir la llegada de migrantes por el mar Egeo y quiere que Ankara haga más contra los traficantes que llevan hasta Grecia a los candidatos al asilo en el norte de Europa.

La tensión sigue siendo palpable en la frontera greco-macedonia, donde se encuentran bloqueados en terribles condiciones miles de migrantes desde el 7 de marzo.

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