Macron sufre un nuevo revés con la dimisión de su ministro del Interior

El ministro de Interior francés, Gerard Collomb. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha aceptado la dimisión de Collomb, como ministro del Interior
El ministro de Interior francés, Gerard Collomb. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha aceptado la dimisión de Collomb, como ministro del Interior / EFE
Efe
03 de octubre 2018 - 11:41

En plena reconquista de la popularidad perdida, el presidente francés, Emmanuel Macron, sufrió un nuevo revés con la dimisión de su ministro del Interior, Gérard Collomb, un fiel desde los orígenes de su aventura política que hoy abandonó el departamento y abrió otra crisis política.

Muestra de lo inesperado de esta nuevo revés es que Macron se vio obligado a pedir a su primer ministro, Edouard Philippe, que asumiera la cartera vacante de forma interina, antes de que "en unos días" se nombre al nuevo responsable de Interior.

El presidente se forzó en minimizar el alcance de la crisis y, ante las críticas, señaló que "el Gobierno está en acción".

"Hay un rumbo, unas instituciones, un Gobierno que trabaja al servicio del pueblo. Eso es lo que cuenta. Lo demás son peripecias", señaló Macron.

El propio Collomb negó que su salida del Gobierno suponga una crisis y la inscribió en su deseo de volver a la política lionesa.

"Encontré muchos problemas y abandono el Ministerio más calmado", indicó el ministro dimisionario, que aseguró que su sustituto tendrá que afrontar "una época difícil, con amenazas del exterior y del interior".

El presidente francés afronta una nueva bofetada desde dentro de su propio campo en el momento más bajo de su popularidad.

Desde el estallido del llamado "caso Benalla", el pasado julio, Macron ha entrado en una espiral negativa que se ha saldado con la salida de dos pesos pesados de su Ejecutivo, primero el ministro de Ecología, Nicolas Hulot y ahora Collomb, "número dos" del gabinete.

Collomb abandona el gobierno para centrarse en las municipales de 2020 en Lyon, ciudad tradicionalmente conservadora que en 2001 arrebató a la derecha y que regía hasta que en 2017 entró en el Ejecutivo, convirtiéndola en su feudo electoral.

La salida de Collomb esconde una división profunda entre dos hombres que, hasta hace unos meses, mantenían una sólida relación, casi paternal, entre el ministro más veterano, de 71 años, y el presidente más joven de la historia, de 40.

La relación se fue enturbiando a medida que Collomb hacía aparecer su voz a menudo contraria a la doctrina macronista. El exalcalde de Lyon nunca dejó de ser un representante de la Francia de provincias frente a la mentalidad parisiense.

Por ello se opuso a decisiones del Gobierno como la de reducir la velocidad en las carreteras departamentales y criticó a Macron su "falta de humildad" y su alejamiento del pueblo.

Aunque fue el "caso Benalla", la imputación del hombre de confianza de Macron por la agresión a dos manifestantes durante las protestas del pasado 1 de mayo en París, lo que profundizó la brecha entre ambos, cuando Collomb descargó toda responsabilidad en el Elíseo, una actitud que no gustó en el entorno presidencial.

La ruptura se agrandó cuando el ministro del Interior anunció el pasado 18 de septiembre su intención de dejar el Gobierno tras las europeas del año próximo para optar a la Alcaldía de Lyon.

El presidente francés pierde así un nuevo pilar de su política en medio de una creciente sensación de debilidad y de una preocupante erosión de su popularidad.

De la foto que se hizo con su primer Gobierno apenas conquistado el Elíseo en mayo de 2017 solo el primer ministro queda de la primera línea.

En el camino ha perdido a tres ministros de Estado, que en aquel primer Ejecutivo representaban las tres familias que le condujeron al poder.

Primero cayó François Beyrou, que le aportó el apoyo del centro-derecha; Hulot representaba a la sociedad civil comprometida y Collomb fue el primer barón socialista que le dio apoyo.

Fue el alcalde de Lyon quien dotó, además, a la plataforma de Macron de un esqueleto territorial, hasta el punto de que se consideró a la capital del Ródano, una de las ciudades más prósperas de Francia, como el laboratorio de lo que Macron quería poner en marcha en el país.

La identidad de su sustituto en Interior revelará si, como hizo en Ecología, Macron sigue rodeándose de fieles o si prefiere abrir las puertas a otras sensibilidades.

Entre los nombres que suenan figura el actual ministro de Hacienda, Gerald Darmanin, procedente de la derecha; el responsable de relaciones con el Parlamento, Christophe Castaner, también patrón del partido macronista, o el titular de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, exsocialista como Collomb.

Asimismo, suenan el actual fiscal de París, François Molins, rostro de la lucha antiterrorista; y el exjefe de la Policía Frédéric Péchenard.

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