May regresa a Bruselas antes de una cumbre sobre Brexit en vilo por Gibraltar

La primera ministra británica, Theresa May
La primera ministra británica, Theresa May / EFE
Afp
24 de noviembre 2018 - 08:54

La primera ministra británica, Theresa May, regresa este sábado a Bruselas para defender con los líderes de las instituciones el acuerdo de divorcio negociado, la víspera de una cumbre crucial en vilo por la amenaza de España de no apoyarlo a causa de Gibraltar.

El viernes, desde La Habana, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez aseguró que todavía no cuenta con las "garantías" suficientes sobre el papel decisorio de su país en la futura relación entre el bloque y Gibraltar, un derecho a veto de facto que le otorgaron sus socios en 2017.

"Si no hay acuerdo" en ese principio, que España quiere que forme parte de los textos del divorcio, "lo que va a ocurrir es que el Consejo Europeo muy probablemente no se celebre", advirtió Sánchez, recrudeciendo la ofensiva lanzada por un país tradicionalmente alineado con la Comisión Europea.

Para evitar ese escenario, los contactos continúan entre la Comisión y Madrid, según una fuente de esta institución. Otro responsable europeo indicó a la AFP que la cumbre "sigue programada para mañana" y que trabajan para encontrar una solución sobre Gibraltar "con y para España".

Aunque, en términos jurídicos, el visto bueno de España no es necesario en la cumbre del domingo en Bruselas para formalizar el acuerdo del Brexit, políticamente es muy delicado porque el resto de países de la Unión Europea romperían su unidad en la primera separación de uno de sus miembros.

Una fuente europea reconoce que se trata "de una cuestión política, no jurídica" y considera un "verdadero problema" para los 27 socios de Reino Unido que un "gran país como España se disociara el domingo de la aprobación del acuerdo de divorcio", que abre la vía a su ratificación.

Tras hallar una solución para evitar una frontera para bienes en la isla de Irlanda, Gibraltar, un territorio británico desde 1713 situado en el extremo sur de la península ibérica y cuya soberanía reclama Madrid, se ha convertido en el último escollo por solventar en la negociación.

Esta es una cuestión sensible en España. El diario conservador español ABC defiende en un editorial el pulso lanzado por Madrid en este "asunto clave de su política exterior" y lamenta que Bruselas premie "a quienes decidieron dar un portazo a sus socios" en lugar de un europeísta Sánchez.

"Ajustar los mensajes"

El tiempo apremia. Reino Unido pone fin a más de cuatro décadas de pertenencia al proyecto europeo el próximo 29 de marzo y, para entonces, ambas partes deben haber finalizado la ratificación del tratado de retirada para alejar así los temidos nubarrones de un divorcio sin acuerdo.

La 'premier' británica logró el 14 de noviembre el aval de su gobierno al texto negociado durante 17 meses con Bruselas, por el que dimitieron varios de sus ministros, y aún debe lograr una mayoría en un parlamento británico, donde el malestar cunde entre sus propias filas y en la oposición.

"Si nos fuéramos de la UE sin un acuerdo, no tengo ninguna duda de que las consecuencias para la economía británica serían muy graves (...) y muy negativas para los puestos de trabajo", advirtió en la BBC el ministro británico de Finanzas, Philip Hammond, defendiendo el acuerdo negociado.

En este contexto, Theresa May viaja este sábado a Bruselas para seguir las conversaciones con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a las 18H00 (17H00 GMT), antes de reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, encargado de presidir la cumbre.

Una fuente diplomática europea aseguró que este sábado "ya no se trata de negociar nada". Esta última visita, después de la realizada por la dirigente británica el miércoles, es para "ajustar juntos los mensajes políticos que se darán públicamente el domingo", agregó.

A expensas de la cuestión de Gibraltar, la UE y Reino Unido se encaminan a ultimar el primer divorcio con un país miembro en la historia del proyecto europeo tras resolver cuestiones como los derechos de los ciudadanos a ambos lados del Canal de la Mancha o la factura que debe abonar Londres.

A partir del 29 de marzo, ambas partes deberán negociar un ambicioso acuerdo comercial durante un período de transición previsto como máximo hasta finales de 2022, y durante el cual Reino Unido seguirá manteniendo el 'statu quo' actual pero sin participar en la toma de decisiones en la UE.

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