En el Golfo, las mujeres kuwaitíes lanzan su primer #MeToo
"No me callaré": en Kuwait, las mujeres desafían el conservadurismo de la sociedad y la cultura de la vergüenza para denunciar por primera vez el acoso sexual, en una campaña en línea lanzada por una famosa bloguera de moda.
En este rico país petrolero del Golfo, decenas de testimonios de mujeres acosadas o agredidas irrumpieron en la cuenta Instagram recientemente creada "Lan Asket" ("No me callaré").
La bloguera y exmodelo Ascia Al Faraj, que cuenta con más de 2,5 millones de suscriptores en la red social, fue la primera en desencadenar la campaña en un video explosivo la semana pasada.
"Cada vez que salgo, hay alguien que me está acosando o acosando a otra mujer en la calle", comentó, conmovida, delante de imágenes grabadas después de que un vehículo acelerara para "asustarla" mientras se dirigía a su coche. "Tenemos un problema de acoso en este país, y estoy harta!", gritó.
El video de Ascia Al Faraj desencadenó un movimiento nacional en un país hasta entonces poco afectado por la campaña #MeToo, nacida en Estados Unidos en 2017 y que provocó un maremoto mundial.
En programas de radio y televisión se dio la bienvenida a activistas, abogadas y universitarias para debatir la cuestión del acoso.
La embajada de Estados Unidos en Kuwait apoyó la campaña e inclusive compartió su emblema: un dibujo que representa a tres mujeres, una descubierta, otra con un hijab, y una última con la cara cubierta, sobre el eslogan "No la acosen".
Inaceptable
Shayma Shamo, médica de 27 años -que estudió en el extranjero y regresó a Kuwait el año pasado-, lanzó la plataforma "Lan Asket" después de ver el video de Ascia Al Faraj.
"Tan pronto como abrí la cuenta, empezaron a llegar mensajes de mujeres y niñas que habían sufrido acoso verbal, físico y sexual", explica a la AFP.
Kuwait cuenta con una ley contra el acoso, pero la cuestión de la violencia de género sigue siendo tabú.
En otro video, Ascia Al Faraj reveló que había recibido "historias intensas" de inmigrantes indias, pakistaníes y filipinas que trabajaban en Kuwait.
"Los expatriadas aquí son increíblemente vulnerables y acosadas a un nivel que las mujeres kuwaitíes nunca podrán imaginar", denunció.
Según las oenegés, las mujeres inmigrantes, que constituyen una gran parte de la población del rico Estado del Golfo, se encuentran entre las más vulnerables, ya que muchas de ellas trabajan en ocupaciones subalternas.
Miedo a ser estigmatizadas
Para Rothna Begum, investigadora de Human Rights Watch, las mujeres se ponen en primer plano ante las pocas acciones de la policía. Y la vergüenza de vincular a tu familia con este tipo de cosas, a menudo silencia a las mujeres.
"Estos testimonios publicados son increíblemente importantes para dar a las kuwaitíes una idea de cómo es realmente el acoso y el terrible daño que causa", declara Rothna Begum a la AFP.
La palabra árabe "eib" ("vergüenza") es un término con el que las jóvenes crecen en Medio Oriente.
Ir a la estación de policía es "eib" y hablar de acoso es "eib", se exaspera Shayma Shamo.
En la actualidad, las mujeres kuwaitíes están superando los límites del conservadurismo de un país que, sin duda, es una excepción en el Golfo, por el dinamismo de su sociedad civil.
La actriz Lulu Al Aslawi, figura mediática, reveló que también ha sido intimidada en internet por sus fotos de moda.
"Las niñas no hablan por miedo a ser estigmatizadas", dice a la AFP. "Pero no pararemos hasta que hayamos vencido este cáncer de la sociedad".