Recta final de las elecciones israelíes, la 'Nación vacuna' para Netanyahu

Jerusalén/Israel realizará el 23 de marzo sus cuartas elecciones parlamentarias en menos de dos años, en esta ocasión en el marco de un intenso programa de vacunación contra el covid-19, convertido en una pieza clave en la campaña del primer ministro, Benjamin Netanyahu.

El 2 de marzo de 2020, el coronavirus empieza a provocar estragos en Oriente Medio, en momentos en que los israelíes están convocados a las urnas por tercera vez en algunos meses, luego de que los diferentes partidos no lograran acordar un gobierno de coalición.

Entonces, Israel, que apenas había constatado un puñado de casos de covid-19 se convirtió en el primer país del mundo en realizar una consulta de importancia durante la pandemia.

Los circuitos electorales especiales para los votantes sospechosos de estar infectados funcionaron bajo control de personal con trajes de seguridad, lo que hacía que los boletines parecieran elementos de ciencia ficción.

Un año más tarde, Israel vuelve a las urnas el 23 de marzo y el coronavirus sigue presente. Pero esta vez, con el gobierno concretando una rigurosa campaña de vacunación merced a un acuerdo que le ha asegurado un suministro dinámico de dosis de los laboratorios Pfizer/BioNTech, con una contrapartida de suministro de datos biomédicos sobre los efectos de su vacuna.

"Laboratorio del mundo"

Al frente del "laboratorio del mundo", el primer ministro Netanyahu, el más duradero de la historia del país en su cargo, con quince años en el poder, los doce últimos consecutivos, está jugando esta carta a tope, mencionando la "Nación vacuna".

Con 71 años e inculpado por corrupción en varios casos que desataron protestas en su contra, Netanyahu lanzó su campaña siendo el primer vacunado del país en vivo ante las cámaras de televisión.

Actualmente, más de cuatro millones de israelíes (45% de la población) ya han recibido las dos dosis de la vacuna de Pfizer, en un país criticado por suministrar un pequeño número de dosis a los palestinos.

"¿Saben cuántos primeros ministros y presidentes llaman a Pfizer y Moderna? No les responden, pero atendieron mi llamada y los convencí de que Israel sería un modelo para la vacuna (...).¿ Quién continuará con ello? Ni Lapid, Bennett o Gideon", lanzó esta semana, citando a sus rivales.

En los últimos tres escrutinios, el Likud (derecha conservadora) de Netanyahu terminó casi empatado con "Azul-Blanco", partido centrista del excomandante en jefe del ejército, Benny Gantz.

Con el objetivo de unir al país contra el coronavirus, Gantz formó en la primavera (boreal) de 2020 una coalición de gobierno con Netanyahu. Este gabinete implosionó a los siete meses y nuevamente elecciones. Pero, esta vez, con la popularidad de Gantz en caída libre.

Netanyahu no tiene ahora un opositor, sino tres: el centrista Yair Lapid, el conservador Gideon Saar y el adalidad de la derecha radical, Naftali Bennett.

Últimos sondeos: Netanyahu lidera con 27-30 escaños de los 120 de la Knéset (Parlemento), 17-20 para Lapid, una docena para el partido Yamina de Bennett, una decena para Saar, y el resto diluido entre varias formaciones.

"Abu Yair"

Yohanan Plesner, director del Instituto democrático de Israël (IDI), señala que "los israelíes están muy escépticos respecto al resultado de la consulta", destacando "una fatiga electoral".

Con estas encuestas, Netanyahu y sus aliados de la derecha religiosa no alcanzarían la mayoría necesaria (61 escaños), tampoco Lapid, lo que podría darle a Bennett "la llave del gobierno".

Además, la novedad es que estas elecciones llegan tras los acuerdos de normalización con países árabes (Emiratos, Baréin, Sudán, Marruecos), un éxito político que Netanyahu, criticado por su gestión ecónomica, intenta capitalizar.

Así, multiplica las visitas a las ciudades árabes (20% de la población), donde el electorado le es refractario. Sin embargo, evoca nuevas oportunidadaes y se hace llamar familiarmente "Abu Yair", que significa "padre de Yair, nombre de uno de sus hijos.