Merkel lima asperezas con Trump, pero no le hace sombra a Macron
La canciller alemana, Angela Merkel, intentó hoy mejorar su relación personal con el presidente de EE.UU., Donald Trump, y de acercar posturas en temas comerciales, pero su visita quedó eclipsada por la cálida recepción que recibió tres días antes al mandatario francés, Emmanuel Macron.
Merkel logró que su segunda reunión con Trump en Washington fuera más cordial que la primera, celebrada hace más de un año y marcada por múltiples señales de tensión personal, pero no pudo esquivar las comparaciones con los efusivos besos y abrazos que Trump compartió con Macron durante su visita de Estado el pasado martes.
Aún así, tanto Trump como Merkel se esforzaron en enterrar los recuerdos de su primer encuentro, en el que el líder estadounidense rehusó darle la mano ante las cámaras a la canciller alemana.
"Tenemos una relación realmente excelente. En realidad, hemos tenido una relación excelente desde el principio, pero alguna gente no lo entendió", dijo Trump al comienzo de su reunión con Merkel.
Esta vez, Trump sí le estrechó la mano y la definió como "una mujer muy extraordinaria", pero no transmitió la impresión de tener química con Merkel, con la que ha tenido desacuerdos sobre todo tipo de temas, desde el futuro de la Unión Europea (UE) y la OTAN hasta la inmigración y el comercio.
Como Macron unos días antes, Merkel acudía a Washington con el objetivo de convencer a Trump de que exima permanentemente a la Unión Europea (UE) de los aranceles al acero y aluminio, y de que no se retire del acuerdo nuclear con Irán, firmado en 2015 por EE.UU. junto a Alemania, Francia, China, Rusia y el Reino Unido.
Los líderes no dieron pistas sobre ningún posible avance en el primer tema, apenas cuatro días antes de que caduque la exención temporal que Trump ha concedido a la UE y a otros aliados, entre ellos México, Canadá, Argentina y Brasil.
"Hemos hablado sobre el estado de las negociaciones y nuestras respectivas evaluaciones sobre cómo están las cosas, y la decisión depende del presidente (Trump)", se limitó a indicar Merkel.
Trump, por su parte, evitó hablar sobre los aranceles y se limitó a denunciar el elevado déficit comercial con la Unión Europea (UE) y la necesidad de hacer "más justa" y "recíproca" esa relación.
El líder estadounidense también insistió en que Alemania y otros países europeos deben pagar su "parte justa" a la OTAN, es decir, al menos el 2 % de su producto interior bruto.
"La OTAN es maravillosa, pero ayuda más a Europa que a nosotros, así que ¿por qué estamos pagando nosotros la gran mayoría de sus costes?", preguntó Trump.
Merkel replicó que, aunque Alemania aún no llegue a ese 2 %, es "el segundo contribuyente de tropas a la OTAN" y ha hecho "muchos avances en los últimos años, aunque desde la perspectiva del presidente (Trump) no hayan ocurrido lo suficientemente rápido".
La canciller hizo una concesión a Trump al reconocer que el actual acuerdo nuclear iraní "no es suficiente" para asegurarse de que "se contienen las ambiciones de Irán" en la región, en concreto su "influencia geopolítica en Siria" y otros países.
"(El acuerdo) no es perfecto. Es una pieza de un mosaico, un bloque sobre el que podemos construir una estructura", afirmó.
Merkel confirmaba así que está abierta a reforzar el pacto de 2015, pero no aclaró si respalda la propuesta de Macron para negociar un nuevo acuerdo más amplio con Teherán.
En enero, Trump amenazó con retirarse del acuerdo con Irán si los países europeos firmantes del pacto de 2015 (Francia, Reino Unido y Alemania) no negociaban con él cuanto antes un acuerdo paralelo que corrigiera los "defectos" del arreglo original.
Trump planea anunciar si sigue en el acuerdo antes del 12 de mayo, y no ha dado pistas sobre cuál será su decisión, pero Macron ya ha pronosticado que se retirará del acuerdo por razones internas.
Merkel y Trump hablaron también sobre Ucrania, y la canciller alemana aseguró que las diferencias con EE.UU. sobre ese tema son mínimas, y que es necesario tanto "mantener "buenas relaciones con Rusia" como defender la "integridad territorial" ucraniana.
Aunque esta semana quedó claro que Trump tiene un favorito en el eje europeo y no es Merkel, algunos observadores apuntaron que quizá a la canciller alemana no le interesaba proyectar el mismo grado de cercanía que Macron con el presidente estadounidense, dado que este es extremadamente impopular en Alemania.
"Si miras a los números (de popularidad) en Alemania y otros países, puede que no les guste Donald Trump, pero tienen que entender que eso significa que estoy haciendo un buen trabajo, porque estoy representando a Estados Unidos", dijo Trump en la conferencia de prensa, mientras Merkel le miraba con extrañeza.