Activistas piden el cierre del mayor albergue de menores indocumentados en EE.UU.
Unos 300 activistas se concentraron este domingo delante del albergue para menores indocumentados Homestead, en el sur de Florida, para pedir el cierre de esta instalación, que con capacidad para 3.200 niños es el más grande de su tipo en EE.UU.
"Que lo cierren y que no haya ningún centro o albergue que separa familias, no apoyamos este centro en la comunidad", dijo a Efe Mariana Martínez, de la organización American Friends Service Committee, uno de los grupos que fue parte de la manifestación frente a Homestead, ubicado al sur de Miami.
La activista lamentó que en un festivo como el Día de la Madre, que se celebra este domingo en EE.UU., los menores ingresados en este albergue no puedan estar con sus familias o patrocinadores, y por eso no solo piden el cierre del albergue sino la reunificación inmediata de las familias inmigrantes.
Los manifestantes llamaron la atención de que el albergue sea gestionado por la compañía privada Caliburn International, al igual que otros tres en el estado de Texas, una firma que está "ganando millones de dólares todos los días", según el comunicado de la convocatoria, y además no ha permitido la entrada a tres congresistas federales representantes de Florida.
"No sueltan niños porque pierden dinero", sugirió Martínez. Los activistas hicieron ver que el albergue, para menores entre 13 y 17 años, "tiene más niños que una escuela secundaria en Homestead", un suburbio del Condado Miami-Dade, y sin embargo "elude las regulaciones estatales de protección de niños" y tiene a los niños "en tiendas de campaña superpobladas".
Los activistas expresaron también su rechazo a la ley SB-168, aprobada en el Congreso y recientemente firmada por el gobernador estatal, el republicano Ron DeSantis, y que obliga a las agencias de seguridad locales a cooperar con las autoridades migratorias.
Martínez dijo que la ley, que en concreto prohíbe en Florida las llamadas "ciudades santuario", las cuales protegen a indocumentados, en la práctica convierte a los miembros de la Policía local en agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
La activista lamentó los mensajes contra la inmigración que da el presidente del país, Donald Trump, los cuales, de algún modo, dijo, han influido en los recientes actos de violencia registrados en el país.