La ciencia en la lucha contra la desigualdad social en EEUU
En una sala de la fundación de arte Marciano en Los Ángeles, más allá de donde se exhiben las pinturas y las esculturas, unos 12 muchachos se sientan en pequeñas mesas.
Henry, de 15 años, trabaja en su proyecto concentrado.
"Estamos tratando de crear un cruce peatonal", con una lista de música para que la gente escuche mientras espera que cambie la luz, explicó el joven mientras manipula un pequeño dispositivo llamado MESH, que puede convertirse en interruptor de dispositivos domésticos y que es la base del proyecto.
Henry va a una escuela del sur de Los Ángeles, de las zonas más pobres, y junto a sus compañeros participa de un programa que combina artes y ciencia, que impulsa esta fundación junto con la organización Génesis para combatir la inequidad en la educación.
Los muchachos ya hicieron un recorrido por las piezas del laboratorio de alta tecnología, incluida la impresora industrial 3D al muro táctil interactivo de 3,3 metros.
Tienen la tarea de soñar con inventos que harán la vida cotidiana más conveniente y divertida, inspirada en innovaciones como la música que comienza a sonar en las escaleras mecánicas de algunas estaciones de metro.
"Tienen siete minutos", dice al grupo Lauren Rodrigues, directora de educación de Génesis, una asociación que promueve el acceso a la educación científica y artística, principalmente para jóvenes desfavorecidos.
Un murmullo se apodera de toda la sala con los chicos enfocados en desarrollar el próximos sistema revolucionario de reciclaje, un robot recolector de basura o alguna otra idea increíble.
Como una incubadora
"Queremos funcionar como un incubadora" para los genios del futuro, dijo Sheri Schlesinger, que fundó Génesis hace cinco años.
Esta organización sin fines de lucro pretende desmitificar la supuesta dificultad de la ciencia, haciéndola divertida para los niños, incluidos los que vienen de barrios privilegiados, donde igualmente se sienten intimidados ante un mechero Bunsen o ecuaciones complicadas.
"El 70% de los trabajos del futuro aún no fueron inventados y la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el arte y la matemática [en inglés resumidos en las siglas STEAM] son componentes críticos de ese pensamiento innovador", destacó Schlesinger.
A medida que la automatización reduce cada vez más la necesidad de mano de obra no calificada, Schlesinger advierte que los días de lavar platos en un café o realizar otras tareas domésticas para ganarse la vida pronto terminarán.
En los últimos 15 años, los estudiantes estadounidenses muestran un nivel en las ciencias muy por debajo de los estándares académicos de sus pares vietnamitas, surcoreanos, japoneses, finlandeses y polacos.
El sistema norteamericano ha tratado de actualizarse, introduciendo programas financiados con fondos federales, mientras que las escuelas privadas en general se han equipado con talleres que cuentan con maquinaria industrial y lo último en dispositivos robóticos.
Cerca de 500.000 niños del área metropolitana de Los Ángeles viven cerca o por debajo de la línea de pobreza, y ninguno de ellos "tiene acceso a una educación robusta en STEAM", dijo Schlesinger.
"Este programa les dará oportunidades para conseguir trabajos en el futuro".
El siguiente paso
La fundación Marciano (MAF) comenzó en 2012 por los hermanos creadores de la marca Guess Maurice y Paul Marciano.
Paul recientemente abandonó la marca tras acusaciones sexuales y Maurice tomó control de la empresa, así como también de la fundación.
"Hoy vemos muchos artistas trabajando con ciencia y tecnología y de algún modo se mezclan", dijo el director adjunto de la MAF, Jame Manne. "Creemos que es el siguiente paso".
"Creemos que puedes entender mejor una área al conocer más de la otra".
Génesis ha entrenado a más de 4,000 jóvenes en áreas como codificación de computadoras, realidad virtual e ingeniería eléctrica, en museos, escuelas privadas, clubes de después de clases e incluso en un laboratorio móvil.
Y más de 800 estudiantes han pasado por la MAF desde que se alió con Génesis hace seis meses.
Clea, viendo su Ozobot avanzar por una línea dibujada con un marcador, está en su zona creativa.
"He tenido muchas ideas como esta antes: un cruce de peatones con diferentes colores, o que la luz de la calle cambie al pasar", explicó entusiasmada.
"Sería realmente útil por la noche cuando eres una mujer caminando sola por ejemplo".