Contraofensiva de EEUU a la condena del bloqueo contra Cuba en la ONU
Uno tras otro, decenas de países expresaron el miércoles en la Asamblea General de Naciones Unidas su apoyo a una resolución que por 27º año consecutivo reclama el fin del bloqueo estadounidense a Cuba, impuesto hace más de medio siglo.
Pero por primera vez desde 1992, cuando comenzó a votarse esta resolución de condena al bloqueo en la ONU, Estados Unidos presentó ocho enmiendas al proyecto que llaman a Cuba a poner fin a las restricciones de la libertad de expresión y reunión y a la persecución de disidentes, y le urgen a liberar a presos políticos.
Como este miércoles hubo 36 oradores que hablaron para condenar el bloqueo, algunos en nombre de grupos como el 77+China o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC), no quedó tiempo para discutir las enmiendas, que serán debatidas y votadas de manera individual el jueves, al igual que la resolución.
"Recuerdo asqueroso de la Guerra Fría"
"El daño directo e indirecto causado por este bloqueo contra Cuba es enorme, incluye todos los sectores vitales de la economía", dijo el embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, que habló en nombre del Movimiento de Países No Alineados.
"Más de 190 naciones mantienen relaciones políticas y económicas con Cuba mientras Estados Unidos continúa solo en su política ilegal e injustificable de estas sanciones económicas", afirmó.
El bloqueo "es un recuerdo asqueroso de la Guerra Fría", estimó por su lado el embajador de Rusia Vasily Nebenzya, que condenó los "estragos" que causa al pueblo cubano.
Las enmiendas de Estados Unidos también aseguran que Cuba viola metas de desarrollo sostenible de la ONU a raíz de "la ausencia de mujeres en los órganos de toma de decisiones más poderosos", la "total ausencia de independencia judicial" o la interferencia del gobierno en negociaciones sindicales, así como la prohibición del derecho a huelga.
"Un paso más"
"El año pasado, revertimos la política de Obama sobre Cuba en la ONU, que no defendía a Estados Unidos cuando Cuba nos condena", dijo a la AFP un diplomático estadounidense que pidió el anonimato.
"Este año, damos un paso más, usando enmiendas para ilustrar por qué nuestra posición contra la dictadura cubana aún existe", adelantó.
Estados Unidos espera que decenas de países apoyen sus enmiendas, y que el debate sobre el bloqueo se transforme en una discusión sobre las violaciones de derechos humanos y falta de libertades en la isla.
El canciller cubano Bruno Rodríguez, presente en el debate, afirma que con las enmiendas Estados Unidos busca "crear un pretexto para endurecer el bloqueo" y dar la ilusión de que su política es apoyada por la comunidad internacional.
También pretende "consumir tiempo, crear confusión y dificultar" la aprobación de la condena del embargo, denunció el canciller en la sede de la ONU.
La ONU es así otra vez testigo de las crecientes tensiones entre Cuba y Estados Unidos.
Hace dos semanas, con alaridos y golpeando escritorios con puñetazos y gruesos libracos, una quincena de diplomáticos cubanos boicotearon una sesión convocada por Estados Unidos para exponer la situación de unos 130 presos políticos en la isla.
El gobierno de Cuba asegura que desde que el presidente estadounidense John F. Kennedy impuso el embargo a Cuba en febrero de 1962, menos de un año después de que Fidel Castro declarase el carácter socialista de la revolución cubana, éste ha provocado perjuicios a la isla por más de 134.499 millones de dólares al cambio actual.
La resolución contra el bloqueo a Cuba ha sido aprobada cada año desde 1992 en la ONU por aplastante mayoría. El año pasado, fue apoyada por 191 votos contra dos, los de Estados Unidos e Israel.
En 2016, por primera y única vez, Estados Unidos se abstuvo de votar contra la resolución en un contexto de acercamiento bilateral del gobierno de Barack Obama hacia la isla tras más de medio siglo de enemistad entre Washington y La Habana, que incluyó la reapertura de embajadas en ambas capitales en 2015.
Pero tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump en 2017 y las denuncias de "ataques acústicos" contra una veintena de diplomáticos estadounidenses y sus familias en La Habana, las relaciones entre ambos países son tensas y las respectivas embajadas funcionan al mínimo.
El embargo a Cuba fue aprobado por ley y solo el Congreso estadounidense puede ponerle fin. El gobierno Trump ha aplicado sanciones adicionales que lo han endurecido.