Cinco años tras la muerte de Otto, el joven acusado de robarse una 'pancarta política' en Corea del Norte

Corea del Norte

Otto Warmbier en una conferencia mientras se encontraba detenido en Corea del Norte
Otto Warmbier en una conferencia mientras se encontraba detenido en Corea del Norte / AFP
Ana Carolina Barsallo - Periodista digital
22 de enero 2022 - 08:36

Ciudad de Panamá/En el 2017, Otto Warmbier fue condenado a 15 años de trabajos forzados en Corea del Norte por un delito que, según muchos, no cometió. Tras pasar 17 meses en las garras del gobierno de Kim Jong-un, fue devuelto a suelo estadounidense por 'razones humanitarias' en un estado crítico de salud, muriendo 7 días después.

Proveniente de un pequeño suburbio de Cincinnati, Ohio, el estadounidense de 21 años cursaba el tercer año de la Universidad cuando en el 2015 decidió emprender un viaje a Corea del Norte para conocer el país justo en la fechas de fin de año junto a otros turistas llevados por una agencia de viajes autorizada por el gobierno coreano. Otto compartió habitación con Danny Gratton, un chico de Reino Unido que igualmente se encontraba viajando sin acompañante.

Era el segundo día de viaje cuando, según el gobierno coreano, Otto fue grabado por una cámara de seguridad en un área restringida para los huéspedes del hotel llevándose un cartel de propaganda política del país. El video fue divulgado por el gobierno, y en una imagen muy borrosa se podía ver a una persona despegando el cartel de un pasillo, sin embargo la cara de la persona no podía distinguirse. El resto del viaje se dio con normalidad, dijo Danny, además de afirmar que no hicieron ninguna locura, "No era ese tipo de vacación, seguimos las reglas", dijo.

Se encontraban en el Aeropuerto Internacional de Pyongyang el 2 de enero de 2016, Danny le reveló a la BBC que únicamente quedaban él y Otto en la fila de control de migración, cuando el norteamericano fue señalado por un guardia y posteriormente llevado a otro lugar. El viaje del resto del grupo se dio con normalidad, al llegar a Pekín, la capital de China, el guía afirma haber hablado por teléfono con Otto, y este solo le dijo que sentía un 'severo dolor de cabeza' y deseaba que lo llevaran al hospital.

Corea del Norte no confirmó que tuvieran al estudiante detenido hasta el 22 de enero.

El 29 de febrero de 2016, en una conferencia televisada Otto apareció vistiendo un saco color crema y corbata, cabizbajo y sosteniendo una hoja en sus manos, la que poco después leería frente a millones de personas a modo de 'confesión', explicando el por qué de su arresto y agradeció al gobierno norcoreano por, según sus palabras, "la oportunidad de disculparme de mi crimen, pedir perdón y rogar por cualquier asistencia para salvar mi vida... No debí permitir que el gobierno de Estados Unidos me sedujera para cometer un crimen en este país". Al final de su disculpa rompió en llanto y dijo "He tomado la peor decisión de mi vida, pero soy tan solo un ser humano", quienes conocieron al chico, aseguraron que nada de lo que confesó podía ser cierto, ya que se notaba que estaba siguiendo órdenes.

Semanas después, el 16 de marzo el gobierno anunció que Otto Warmbier era condenado a 15 años de trabajos forzados por crímenes contra el Estado. Desde este día, no se supo más sobre su vida y estado de salud.

Quienes conocían de política, catalogaron esta sentencia como 'severa' para un extranjero, alegando que podía estar relacionada con la creciente tensión que había entre Estados Unidos y Corea del norte por el programa nuclear del país asiático.

Tras un 'tira y hala' político entre ambos países, el régimen norcoreano decide dejarlo en libertad 14 meses después de su sentencia. El 10 de junio el gobierno estadounidense pone a disposición un jet que dentro lleva lo necesario para traer a Otto a salvo, pues el equipo médico que viajaba fue notificado que el chico se encontraba en coma en el hospital desde hace meses.

Tras un largo viaje, cuando el equipo llega al hospital y examina a Otto, se dan cuenta que no estaba en coma, ya que tenía los ojos abiertos, reaccionaba a la luz y al tacto, sin embargo, no hablaba ni se podía mover.

Cuando los médicos coreanos intentaron explicar cómo el joven llegó a este estado, no tenían las pruebas necesarias para respaldarlas, una de ellas fue que había ingerido carne de cerdo que podría encontrarse en mal estado, y la otra, según el informe de la prisión, le habían inyectado dos sedantes por que estaba muy alterado, lo que lo llevó a una sobredosis. Las autoridades entregaron al equipo médico todas las pertenencias de Otto, su cartera y pasaporte, y finalmente lo dejaron libre el 13 de junio. Por la noche, Otto finalmente llega a suelo estadounidense, a un pequeño aeropuerto de Cincinnati para que no hubieran medios de comunicación en el lugar.

Los médicos confirmaron que no habían señales de que hubiera sido maltratado durante el tiempo que estuvo recluido, sin embargo, aseguraron que había sufrido una "lesión neurológica grave", probablemente causada por un paro cardíaco.

"Otto tenía la cabeza afeitada, tenía un tubo de alimentación que salía de su nariz, la mirada fija, y se sacudía violentamente. Estaba ciego y sordo... Tenía una gran cicatriz en su pie derecho", dijeron los padres en una entrevista.

7 días después de su llegada, los informes médicos eran desalentadores y no daban muchas esperanzas de vida, por lo que la familia toma la decisión de quitarle el soporte vital para que el joven de 22 años pudiera descansar en paz. En diciembre del 2018 el tribunal de Estados Unidos condenó a Pyongyang, Corea del norte a pagar $501 millones de dólares por 'la tortura' del estudiante.

En febrero del 2019 cuando se dio la cumbre en Vietnam, Trump tuvo una conversación con el mandatario Kim Jong-un y el tema de la muerte del joven salió a colación. Refiriéndose al dictador coreano, Trump confesó, "Él me dijo que no sabía nada del caso y creo en su palabra. No creo que hubiera permitido que eso sucediera, simplemente no creo que fuera beneficioso para él dejar que eso sucediera", lo que fue duramente criticado por muchos, puesto que Donald había también responsabilizado al líder por la muerte del chico. "Kim y su malvado régimen son responsables de una crueldad e inhumanidad inimaginables", dijeron los papás de Otto en defensa de las declaraciones de Trump.

Para muchos, 'la gota que derramó el vaso' fue cuando las autoridades de Corea del Norte entregaron al gobierno de Estados Unidos en el mes de abril una factura hospitalaria por $2 millones de dólares por los cuidados médicos que recibió Warmbier mientras se encontraba en el país. En su cuenta de Twitter, Donald Trump se manifestó y aseguró que no le iban a pagar esa cantidad "Ni dos millones, ni nada" al gobierno coreano.

La última noticia de este caso se dio hace escasos días, el 19 de enero de 2022, cuando una corte de Estados Unidos dictaminó que la familia del joven Otto debe recibir una indemnización de $240.000 de fondos congelados a Corea del Norte.

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