Papa Francisco reza en Muro de los Lamentos
El papa Francisco rindió homenaje a los judíos muertos en el Holocausto y otros ataques y besó las manos de sobrevivientes de las masacres nazis, en la culminación de su viaje de tres días al Medio Oriente, con emotivas visitas el miércoles al Muro de los Lamentos y otros de los lugares más sagrados para los judíos.
Por pedido de Israel, Francisco se desvió de su ajetreado itinerario para rezar en el monumento a las víctimas del terrorismo en Jerusalén y dedicó toda su atención al estado judío luego de expresar en la víspera un fuerte apoyo a la causa palestina.
En su visita al complejo dedicado a las víctimas del Holocausto en Yad Vashem, el papa se arrodilló ante una cripta que contiene cenizas de las víctimas y colocó una ofrenda de flores blancas y amarillas en el Salón de la Recordación.
Posteriormente, besó una por una las manos de media decena de sobrevivientes en señal de humildad y honor mientras escuchaba historias de sus seres queridos muertos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
"¡Nunca más, Señor, nunca más!", exclamó Francisco. "Aquí estamos, Señor, avergonzados por lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, fue capaz de hacer".
En el libro de huéspedes inscribió la misma frase y añadió: "Con vergüenza por el hecho de que el hombre se hizo dueño del mal; con vergüenza de que el hombre se convirtió en Dios y sacrificó a sus hermanos. ¡¡Nunca más!! ¡¡Nunca más!!"
Joseph Gottdenker, nacido en Polonia en 1942, dijo que le relató brevemente al papa cómo los católicos lo ocultaron y salvaron cuando era niño. Gottdenker, quien reside en Canadá, dijo que se sintió más emocionado de lo que había previsto al conocer a Francisco.
"La gente católica que me salvó y arriesgó las vidas de toda su familia para salvarme, hoy están mirando y están orgullosos al verme conocer al líder de su fe", dijo Gottdenker después de la ceremonia.
Horas antes, Francisco rezó en el Muro de los Lamentos de Jerusalén, el lugar de oración más sagrado para los judíos y se desvió de su atareado itinerario para visitar un memorial a las víctimas israelíes del terrorismo durante su tercer día de gira por Medio Oriente.
Francisco inclinó la cabeza mientras oraba y tocó la pared, la única que sigue en pie del segundo templo bíblico.
Dejó en una de las grietas del muto una nota con el texto del "Padre nuestro" escrito en su lengua española natal.
Luego abrazó a su buen amigo el rabino argentino Abraham Skorka y al líder de la comunidad musulmana de Argentina, Omar Abboud, quienes se unieron a la delegación oficial durante la gira, en una señal de amistan interreligiosa.
Cuando el papa Juan Pablo II visitó el muro occidental en 2000 dejó una nota pidiendo perdón por el sufrimiento causado a los judíos por cristianos. El papa Benedicto XVI colocó una nota en la que pedía por la paz para cristianos, musulmanes y judíos.
Francisco modificó su itinerario original para visitar un memorial a víctimas israelíes del terrorismo antes de viajar al memorial del Holocausto de Yad Vashem. También dejó una ofrenda en la tumba del fundador del sionismo moderno Theodor Herzl.
El viaje de Francisco ha estado mercado por su sorpresiva invitación a los presidentes de Israel y Palestina para que acudan al Vaticano a rezar por la paz el mes próximo. Ambos aceptaron y Francisco se reunirá más tarde el lunes con el presidente saliente de Israel Shimon Peres.
Francisco inició su jornada quitándose los zapatos para entra al Domo de la roca, un templo icónico localizado en el tercer lugar más importante para los fieles al Islam. El domo dorado consagra la roca donde los musulmanes creen que el profeta Mahoma ascendió al cielo.
El complejo de la mezquita, llamado el Noble santuario por los musulmanes y Templo del monte por los judíos, es el corazón de las disputas territoriales y religiosos entre Israel y sus vecinos árabes.
Al dirigirse al gran muftí de Jerusalén y otras autoridades musulmanas, Francisco hizo a un lado las palabras que llevaba preparadas y se dirigió a estos no sólo como "queridos amigos" sino que los llamó hermanos.
"Que nos respetemos y amemos como hermanos y hermanas", dijo. "Que aprendamos comprender el sufrimiento de otros. Que nadie abuse del nombre de Dios a través de la violencia".
Su retorno a Roma está programado para poco antes de la medianoche.