Policía hongkonesa usa gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes enmascarados
La policía de Hong Kong empleó gases lacrimógenos para dispersar este domingo a manifestantes, que desafiaron a las autoridades portando máscaras, en tanto la mayoría de las estaciones de metro permanecían cerradas por temor a que se repitan actos de vandalismo.
Por la tarde, miles de personas participaron en manifestaciones no autorizadas en tres barrios de la ciudad, pese a las fuertes lluvias.
Por su parte, la justicia de la excolonia británica rechazó un recurso presentado por representantes electos prodemocracia del Consejo Legislativo (LegCo), el Parlamento local, contra la decisión del gobierno de aplicar una ley de emergencia para prohibir que los manifestantes puedan taparse el rostro durante las protestas.
La medida fue anunciada el viernes por la jefa del ejecutivo, Carrie Lam, y provocó una airada reacción de los manifestantes, que degeneró por la noche en actos de violencia y de vandalismo contra MTR, la empresa que gestiona el metro de Hong Kong, a la que acusan de actuar en connivencia con el gobierno central chino.
A ambos lados de la bahía
Este domingo por la mañana, cuando la Alta Corte de Hong Kong rechazó el recurso de los políticos de la oposición, se celebraron dos nuevas manifestaciones no autorizadas bajo una lluvia incesante. Una tuvo lugar en los barrios del centro de la isla de Hong Kong y otra, al otro lado de la bahía, en la península de Kowloon.
De nuevo, se registraron altercados, con la policía lanzando granadas de gases lacrimógenos contra los manifestantes, que trataban de levantar barricadas.
"Si Carrie Lam quiere solucionar la crisis, ésta no es la forma adecuada de hacerlo", advirtió Corey, de 19 años, quien se manifestaba en la isla de Hong Kong.
"Esta ley no hace más que animar a la gente a desafiarla", declaró otro manifestante.
Desde hace cuatro meses, Hong Kong atraviesa su peor crisis política desde la retrocesión a China por parte de Londres, con manifestaciones casi diarias para denunciar una pérdida de libertades y la creciente influencia del gobierno chino en los asuntos de esa región semiautónoma, y también para exigir reformas democráticas.
Sin servicio de metro
El sábado, MTR suspendió la circulación del metro. El domingo, en cambio, decidió abrir 45 estaciones, informó la gestora, pero otras 48 seguían cerradas, sobre todo las situadas en los barrios donde tienen lugar las protestas, como los sectores turísticos del centro.
La ciudad, de 7,5 millones de habitantes, es extremadamente dependiente de la red de metro, uno de los más eficaces del mundo, que transporta a cuatro millones de personas al día.
Además, varias cadenas de supermercados y centros comerciales decidieron cerrar este domingo, algo muy inusual en esta aglomeración amante de las compras.
El sábado, miles de manifestantes participaron en movilizaciones no autorizadas y "flashmob" en varios barrios de la ciudad.
La ley de emergencia a la que recurrió el viernes Carrie Lam data de 1922, cuando Hong Kong era una colonia británica, y no había sido utilizada desde 1967.
"Futuro muy sombrío"
El texto autoriza al ejecutivo a tomar "cualquier medida", sin que sea necesario el permiso de los legisladores, en el caso de que se produzca una situación de emergencia o de peligro para la población.
Lam recurrió a ella para prohibir el uso de máscaras en las marchas, que los manifestantes utilizan para esconder su identidad, pero también para protegerse de los gases lacrimógenos. Sin embargo, este domingo ignoraron la prohibición.
Con todo, matizó que la utilización de esta ley no significa que se decrete el estado de emergencia.
La medida fue aplaudida por Pekín, mientras que los manifestantes y la oposición vieron en ella indicios de una deriva autoritaria por parte del gobierno.
"Si esta ley de emergencia es aprobada, el futuro de Hong Kong será muy sombrío", declaró este domingo a los periodistas el diputado Dennis Kwok, antes de que la Alta Corte comunicara su fallo.
La ola de protestas empezó en junio contra un proyecto de ley que buscaba autorizar las extradiciones a China continental. El texto fue abandonado a principios de septiembre, pero los manifestantes, que entretanto aumentaron sus reclamos, siguieron adelante con la movilización.
Los peores altercados ocurrieron el martes, cuando en China se celebraba el 70º aniversario de la instauración del régimen comunista. Por primera vez, un policía disparó una bala contra un manifestante, un estudiante de 18 años que resultó herido de gravedad.
El viernes por la noche, un adolescente de 14 también fue herido de bala, cuando un policía vestido de civil disparó al verse rodeado por un grupo que lanzaba cócteles Molotov.