Marina Silva se muestra más liberal en la búsqueda del poder en Brasil

La ecologista Marina Silva, quien aspira por tercera vez a la Presidencia de Brasil, mostró hoy una cara más liberal al participar en un foro empresarial, en el que defendió al sector privado como "motor" del desarrollo económico y social.

"Precisamos un Estado menos fiscalizador" y que sea sobre todo "promotor" de la iniciativa privada, a fin de que la sociedad "pueda desarrollarse y ofrecer al país lo que tiene de mejor, tanto en lo individual como lo colectivo", dijo Silva al intervenir en un foro organizado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI).

Silva ya aspiró a la presidencia en las elecciones de 2010 y 2014 y en ambas quedó en tercer lugar, con unos 20 millones de votos.

Aunque comenzó su carrera política en el ámbito de la izquierda, de cara a las elecciones de octubre próximo hoy mostró una faceta más liberal y consideró que el sector privado es "fundamental" hasta para dotar a los brasileños de "educación, transporte y salud de calidad".

Según Silva, el Gobierno que surja de las urnas en octubre deberá sentar las bases de un país "económicamente próspero, socialmente justo y políticamente democrático", que sea "movilizado por valores y principios éticos".

En lo económico, sostuvo que el camino hacia ese objetivo es "la diversificación", con una apuesta en la economía de bajo carbono y una mayor apertura a la inversión privada, que esté volcada sobre todo el desarrollo de la llamada "industria 4.0".

También sostuvo que, en ese nuevo ámbito tecnológico, se deben "crear los espacios necesarios para fomentar la creatividad de los jóvenes emprendedores", pues mediante la promoción de la pequeña y la mediana empresa será posible dar un combate efectivo contra el desempleo que hoy afecta a unos doce millones de brasileños.

En lo político, además de promover el combate a la corrupción que ha corroído a casi todos los partidos en los últimos años, Silva se pronunció a favor acabar con la reelección presidencial, mediante una reforma que estire el actual mandato de cuatro a cinco años.

Según las últimas encuestas, Silva tiene una intención de voto en torno al 13 % y se sitúa en segundo lugar de las preferencias, por debajo del ultraderechista Jair Bolsonaro (17 %). "Son una fotografía del momento", dijo hoy sobre esas encuestas, que además la ubican por encima del laborista Ciro Gomes (8 %) y del socialdemócrata Geraldo Alckmin (6 %).

Aún así, se da la paradoja de que los sondeos los lidera el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel por corrupción y virtualmente inhabilitado por normas que impiden postular a un candidato con una condena ratificada en segunda instancia, como es su caso.