Monseñor Ulloa centra su mensaje en la juventud en medio de la euforia por la JMJ 2019

El monseñor recordó que los jóvenes son el presente y futuro de la Iglesia

Pidió establecer un día mensual de oración por la JMJ

Se necesitará apoyo del sector público y privado para el evento

Lo que dijo Ulloa durante la homilía de la Cita Eucarística 2017

Apoyo estatal, sabor caribeño, educación sexual, migración y mulitas de carga fueron algunos de los temas que tocó Monseñor José Domingo Ulloa durante la cita eucarística de este domingo 14 de mayo.

El evento forma parte de los preparativos para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2019, en la cual el Papa Francisco y miles de jóvenes visitarán Panamá.

Pero a pesar de la naturaleza eminentemente católica del evento, Ulloa se esforzó en destacar que la JMJ debe ser una prioridad para todo el país. La lógica es que la JMJ será el equivalente a los Juegos Olímpicos, o la Copa Mundial de Fútbol, un evento de clase mundial que traerá una derrama económica al país, así como una proyección positiva a nivel internacional.

En la JMJ de 2011, celebrada en España, se reportaron beneficios económicos por 354 millones de euros, por ejemplo.

“En Panamá no nos hemos percatados de la magnitud de los beneficios que nos trae la JMJ, no como Iglesia, sino como país”, señaló Ulloa. “Cuando estoy en otros países y digo que soy de Panamá y vamos a organizar la JMJ, a la gente se le sale la baba”, añadió, destacando que se trata de un proyecto que supera las esferas eclesiásticas y políticas.

Ulloa no olvidó que la elección de Panamá como sede de la JMJ fue posible gracias al apoyo regional. Agradeció al secretariado episcopal de América Central, y catalogó el evento como una celebración centroamericana con “sabor caribeño”.

El monseñor propuso instaurar el 22 de cada mes como un día de oración para la JMJ, haciendo de esta forma honor a la fiesta de Juan Pablo II, creador de la JMJ en 1978, que se celebra el 22 de octubre. Anunció también que el himno oficial se conocerá el próximo 3 de julio.

“Esto es parte del entrenamiento físico y espiritual previo a la gran vigilia que tendremos con el sucesor de Pedro (el Papa Francisco) en 2019”, explicó Ulloa.

Panamá tiene mucho en lo que trabajar antes del colosal evento. La JMJ requerirá una logística impresionante en las que autoridades, Iglesia y sociedad civil deberán trabajar en conjunto. El hospedaje es una de las grandes preocupaciones. Ulloa les preguntó a las miles de personas presentes en la arena Roberto Durán quienes estarían dispuestos a abrir sus corazones, “pero sobre todo sus casas”, a desconocidos que vengan a la JMJ. La multitud levantó enérgica sus manos en señal de apoyo.

Mensaje a los jóvenes

El eje principal del discurso de Ulloa fue el rol central que ocupan los jóvenes en la Iglesia Católica y en la JMJ específicamente. Destacó el mensaje de Juan Pablo II que los jóvenes son el futuro y el presente, la esperanza del mundo y de la Iglesia. Les recordó que son más que ‘mulitas de carga para cargar silla’, que su rol en la Iglesia es fundamental. En un esfuerzo por conectarse con su audiencia, les pidió que sacaran sus teléfonos y enviaran mensajes a amigos relacionados con la JMJ y la Iglesia.

“Somos conscientes que les ha tocado vivir tiempos difíciles. Viven en una inmensa soledad. Quieren gritarle a la sociedad ‘¡Yo existo! ¡Estoy aquí!, ¡Mírenme!’”, exclamó. Ulloa fue crítico de una juventud que considera prioriza tomarse fotos y ‘dar like’ sobre otras actividades. “Tenemos una generación enmascarada, temorosa y vacía. Con mucha habilidad para usar la tecnología, pero poca para hacer silencio y hacer la paz”, puntualizó.

Para Ulloa hay dos tipos de jóvenes. Los que se estresan por el Whatsapp y el Instagram y los que sufren de problemas reales. Habló de los jóvenes hijos de la violencia, de las alarmantes cifras de deserción escolar, de la falta de oportunidades que los hace presa fácil para la delincuencia, el tráfico de drogas y el tráfico humano.

“Despertemos, nuestra juventud muere ante nuestros ojos sin que hagamos nada. Pasemos del discurso a la acción”, exhortó. También señaló las dificultades que enfrentan muchos debido a la migración forzada, que arrincona a muchos en un tipo de esclavitud moderna.

También dedicó unas palabras a la educación sexual, un tema en el que los grupos religiosos han paralizado calles y congelado proyectos en la Asamblea Nacional preocupados por lo que llaman “ideología de género”, que no es más que enseñar a los niños que las personas homosexuales tienen los mismos derechos que cualquier otro ser humano y es algo natural, afirmación que contradice directamente las enseñanzas cristianas.

“Algunos han dicho que la Iglesia nada tiene que opinar de este tema. Nos quieren quitar el derecho de expresión que tenemos como parte de la sociedad”, reclamó. “La Iglesia Católica, como madre y maestra, no puede ni debe mirar a otro lado. Siempre seremos una voz que oriente y denuncie cuando sea necesario”, manifestó. Enfatizó que la prioridad será siempre buscar el diálogo y lograr consensos.

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