Edificios de más de 40 años son más vulnerables a los terremotos

Panamá es uno de los países con más edificios instrumentados en materia de sismos, tal como lo manifestó este miércoles 20 de abril, Óscar Ramírez, rector de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP).

Muchas interrogantes surgen entre los panameños a raíz del reciente terremoto en Ecuador, lo que reitera una vez más que Panamá no escapa a sufrir fenómenos naturales de gran magnitud.

Ramírez dijo en noticias AM que en agosto de 1999 la Junta Técnica de Ingeniería y arquitectura introdujo una ley de instrumentación sísmica, que requiere que las nuevas edificaciones a partir de esa fecha fueran instrumentadas con acelerógrafos, dependiendo de su altura y tamaño.

El objetivo de esta norma es medir cuando los edificios que son sometidos a movimientos sísmicos y en materia de investigación permite entender el comportamiento de las construcciones con el paso de los años

Según Ramírez, hasta la fecha hay más de 200 edificios instrumentados, “debido a la gran densidad de edificios altos que se construyen en la capital”.

El acelerógrafo es un aparato diseñado para medir las aceleraciones, desplazamientos y velocidades de un punto del edificio en el momento en que vibra por un sismo o durante cualquier movimiento.

Recordó que todas las estructuras cuando se someten a un movimiento van a vibrar.

A través de los años la norma ha sufrido por lo menos una modificación, y se está aplicando la instrumentación de los edificios, “que no son todos porque depende de la altura y el área de construcción”, recalcó Ramírez.

La Unidad de Investigación en la UTP administra la red de instrumentación de edificios en Panamá, que mide la respuesta de las construcciones.

Mientras que el Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá tiene una red sismológica que mide las características que se dan durante un movimiento telúrico.

Según Ramírez todavía no se ha dado un sismo que permita decir que las normas que se están aplicando en Panamá son realmente efectivas, sin embargo, los movimientos telúricos registrados están por debajo de la magnitud de los edificios diseñados hasta el momento.

La última modificación a la norma se implementó en junio de 2015 y tienen carácter de ley por lo que se aplica en todo el país.

Sin embargo, los edificios más bajos pueden sufrir el mayor número de daños porque se someten a la mayor cantidad de aceleración, lo que los hace más “vulnerables” ante un sismo.

Por tanto, las edificaciones de los años 70 hacia atrás son los más “vulnerables” porque se desconocían las normas y lo que se podía hacer para preservar la seguridad durante un movimiento telúrico.

Ramírez indicó que los edificios altos son los que menos deben preocupar a las personas porque están construidos conforme a las últimas normas.

En tanto, indicó que hay zonas vulnerables en Panamá y se deben tomar las medidas adecuadas para garantizar la seguridad de las personas.