Cortizo cumple un año de su victoria como presidente en medio de cuarentena por COVID-19

El 5 de mayo de 2019, todo era fiesta electoral. Un año después todo es cuarentena total. Laurentino Cortizo y los demás políticos que llegaron al poder aquella noche, jamás se imaginaron que el COVID-19 aparecería.

Con el 33% y en medio de una elección presidencial estrecha, Cortizo se convirtió en el nuevo presidente de Panamá. Su rival más cercano en aquella elección, Rómulo Roux del partido Cambio Democrático alcanzó el 31% de los votos.

El estrecho margen de esos comicios electorales, hicieron que la tradición panameña de que a las 8:00 de la noche ya se conoce al ganador cambiará. Tras muchas horas de tensión, finalmente a las 11:55 pm, los magistrados del Tribunal Electoral se comunicaron con Cortizo.

En su discurso de triunfo, Cortizo del Partido Revolucionario Democrático (PRD), quienes habían estado 10 años lejos del poder, expresó: “sé trabajar duro”, “no los voy a defraudar” y “sé luchar para servir a mi país”. Un año después en medio de crisis sanitaria global, el término "sé luchar" ha tomado bastante relevancia.

El nuevo gobierno recibiría un país endeudado y con desaceleración económica, que exigía cambios en la Constitución Política del país, en la ley de contrataciones públicas y un gobierno que se comprometiera de manera frontal en la lucha contra la corrupción.

La escogencia de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Procurador de la Nación, Eduardo Ulloa, tras la renuncia de Kenia Porcell, dieron alivio a la ciudadanía de que Cortizo quería un cambio en la justicia, sin embargo, las reformas constitucionales se convirtieron en un dolor de cabeza que generaron desgaste a la Asamblea Nacional y a su administración.

Luego de semanas de jóvenes en las calles exigiendo cambios reales en la Carta Magna, el Ejecutivo decidió retirar el paquete de reformas que había sido propuesto por la Mesa de la Concertación Nacional y modificado por la Asamblea. Un órgano del Estado cuestionado por corrupción, clientelismo y juega vivo político.

La nueva administración viajaría a Nueva York, Estados Unidos, para firmar un acuerdo que le permitiera a Panamá obtener fondos para hacerle frente a deudas que había dejado la administración del expresidente Juan Carlos Varela. Los voceros del gobierno han dicho constantemente que las finanzas panameñas no estaban bien.

El país seguía su curso y Cortizo con su plan de gobierno, hasta que un virus mortal apareció en la ciudad china de Wuhan y alteró el orden mundial. Ningún rincón del planeta escapó al coronavirus. Llegaron las cuarentenas, el descalabro económico y de ahora en adelante, seguramente la administración del Presidente de la República, tendrá que plantearse un nuevo pacto político con los ciudadanos.

El 9 de marzo del 2020 se reportó el primer caso de COVID-19 en Panamá. De ahí en adelante muchas cosas han cambiado.

Cortizo ha dejado en manos de la ministra de Salud, Rosario Turner, el liderazgo sanitario para controlar la pandemia. A más de 50 días de estar enfrentando el virus en Panamá, las estrategias para que el sistema de salud no colapse han funcionado. Un equipo de expertos acompaña a la titular de salud.

Pero en medio de esta crisis, la educación, las ayudas sociales, la economía y la transparencia gubernamental han resultado infectados.

El más reciente escándalo por la compra de ventiladores con supuestos sobrecostos por parte del Ministerio de la Presidencia ha desencadenado el repudio ciudadano contra el vicepresidente y también ministro de la Presidencia, José Gabriel Carrizo. Piden su renuncia y desde los balcones de las casas se escuchan sonidos de pailas, como medida de protesta, que se hacen acompañar de tendencias en redes sociales.

El fin de la cuarentena y la recuperación económica de la que habla Cortizo aún no llegan. El 1 de julio cumplen un año en el poder. ¿Qué dirá el Mandatario en ese informe a la nación, que debe presentar desde la Asamblea? ¿Estaremos saliendo del atolladero que nos ha metido el virus?