Lactancia, sin infecciones de oído y nariz
La lactancia protege a los bebés de las infecciones, pero un nuevo estudio en Estados Unidos sugiere que ese efecto sería aún más duradero.
En miles de niños de seis años seguidos desde el nacimiento, los autores observaron que los que habían sido amamantados eran mucho menos propensos a padecer infecciones de oído, nariz o garganta. Y cuanto más había durado la lactancia materna en el primer año, menos probabilidades tenían los niños de sufrir esas infecciones a los seis años.
"Este estudio aporta pruebas robustas de que los beneficios de la lactancia materna superan la infancia y la lactancia sería la mejor indicación para prevenir estas infecciones", dijo la autora principal, Ruowei Li, epidemióloga de los CDC, Atlanta.
Comentó que las infecciones de oído son la causa de por lo menos 24 millones de consultas médicas en Estados Unidos y que anualmente se registras 1000 millones de casos de sinusitis.
El equipo de Li analizó los datos de las participantes originales del Estudio sobre Prácticas Alimentarias de la Infancia II que codirigieron la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y los CDC en el período 2005-2007.
Los autores contactaron a 1281 de esas mujeres en el 2012, cuando sus hijos tenían seis años, para conocer la cantidad y el tipo de infecciones que sus hijos habían tenido en los últimos 12 meses. También indagaron la cantidad de consultas.
El 66 por ciento de los niños había tenido resfríos o infecciones respiratorias altas, el 25 por ciento había tenido infecciones de oído, el 24 por ciento había tenido infecciones de garganta y el 16 por ciento había tenido sinusitis. Las infecciones pulmonares y urinarias no eran tan comunes.
Al comparar esos resultados con la duración de la lactancia materna, el 15 por ciento de los niños amamantados había tenido sinusitis, comparado con el 22 por ciento de los niños que no habían sido amamantados.
El 24 por ciento de los niños amamantados tuvieron infecciones de garganta, comparado con el 30 por ciento de los niños que nunca habían sido amamantados. Las cifras respectivas para las infecciones de oído fueron 25 y 28 por ciento, según publica el equipo en Pediatrics.
No hubo diferencia en la cantidad de resfríos, infecciones respiratorias superiores, neumonía o infecciones pulmonares.
Pero para las infecciones de oído y garganta y la sinusitis, el equipo detectó que a mayor duración de la lactancia materna, menor probabilidad de padecer esas afecciones: los bebés amamantados durante nueve meses o más registraron un tercio o la mitad de las infecciones que los amamantados hasta tres meses.
"Este estudio sugiere que cuanto más amamanta una mujer y espera para incorporar los alimentos sólidos y otras bebidas, menos posibilidad tendrán sus hijos de padecer infecciones de oído o garganta y sinusitis", dijo Li.
La hipótesis del equipo es que algunos factores de la leche materna estimularían el sistema inmunológico en desarrollo de los bebés para prolongar sus efectos. Otros motivos explicarían la reducción de las infecciones en los niños que fueron amamantados.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida y con la incorporación de alimentos ricos en nutrientes durante por lo menos 12 meses.