Szifron comparte el escenario con sus contrincantes
Si ya viste "Relatos salvajes" probablemente te sea imposible imaginar a Ricardo Darín en un papel que no sea el de "Bombita" o a Óscar Martínez en un rol distinto al del padre rico desesperado. Pero al parecer Damián Szifron al principio no lo vio tan claro.
"Les ofrecí dos papeles diferentes", dijo el director argentino el sábado durante un simposio en la sede de la Academia. A Darín le habría ofrecido el del ingeniero experto en explosivos que terminó interpretando y el del padre rico; a Martínez, además, el del chofer fiel que aparece en el mismo relato.
Szifron recibió fuertes aplausos en el Samuel Goldwyn Theater, donde compartió escenario con tres de los otros directores nominados al Oscar a la mejor cinta en lengua extranjera.
Un fragmento de "Pasternak", que abre el filme compuesto de seis cortos, hizo reír al público a carcajadas.
El realizador argentino respondió desde cómo llegaron Pedro y Agustín Almodóvar a coproducir la exitosa antología, tras haberlo contactado expresándole su interés de trabajar con él luego de haber visto su cinta "Tiempo de valientes" en Madrid; hasta el efecto que "Relatos salvajes" ha tenido entre los funcionarios de su país. La cinta critica, por medio del humor negro, la burocracia y la corrupción en Argentina.
Es un problema que "no se puede negar", dijo Szifron cuando el moderador del simposio, el productor Mark Johnson, indagó al respecto, y relató que incluso un político llegó a demandarlo por invitar a la violencia colectiva con su filme.
La demanda "no fue a ninguna parte", agregó, "pero debo decir que a la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) le gustó la película".
El director estuvo sentado junto los realizadores de "Ida", Pawel Pawlikowski (Polonia); "Levithan", Andrey Zvyagintsev (Rusia) y "Tangerines", Zaza Urushadze (Estonia).
Sólo uno de los nominados faltó y con una buena excusa: el realizador mauritano Abderrahmane Sissako se encontraba volando a Los Ángeles de París, donde su cinta "Timbuktu", un poderoso relato sobre la toma del norte de Mali por militantes islámicos, arrasó en la víspera con siete premios César (el equivalente francés del Oscar) que incluyeron mejor película y mejor director.
Cada uno de los cineastas explicó por qué eligió uno u otro formato, cómo fue el proceso de selección de los actores, la música y los retos de financiación.
Pawlikowski, por ejemplo, dijo que rodó en blanco y negro la historia de una joven polaca aspirante a monja en los años 60 que confronta las oscuras verdades de su familia durante la ocupación nazi, porque así recuerda haber visto él de niño esa época en la pantalla. Quería darle un aspecto de cuento de hadas, explicó, y en parte lo consiguió de este modo.
Los realizadores de "Leviathan", una trágica parábola de corrupción en un pequeño pueblo en Rusia; y "Tangerines", sobre dos hombres que atienden a soldados heridos de lados rivales del conflicto de Georgia-Abkhazi, aprovecharon el color y el amplio formato de pantalla panorámica para darle papel protagónico a los escenarios donde se desarrollan sus respectivas historias.
Szifrón usó el "wide panel", pese a la intimidad de sus tomas y el uso de primeros planos, para lograr que el espectador viva lo que ve en pantalla como si fuera real, sin imponerle límites visuales.
Aunque la mayoría usó actores reconocidos, la estrella de "Ida" resultó ser una estudiante de filosofía "perfecta" por el hecho de no tener nada que ver con el mundo del espectáculo. El director dijo que le había sido muy difícil conseguir a una actriz, pues buscaba a una joven que pudiera representar a su "personaje imposible", una mezcla de inocencia e inteligencia que consiguió en la hoy elogiada Agata Trzebuchowska.
Entre el público se encontraban algunos productores de las cintas nominadas así como la esposa de Szifron, la actriz argentina María Marull, quien tiene un papel en "Relatos salvajes".
Los Premios de la Academia, en su 87a edición, se entregan el domingo en el Teatro Dolby en Hollywood.