El Real Madrid vence 4-1 al Manchester City

En un amistoso de pretemporada.

Celebración.
Celebración. / Getty Images
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24 de julio 2015 - 09:36

Con goles de Karim Benzema, Cristiano Ronaldo, Pepe y Denis Cherysev. El gol del Manchester City lo marcó Yaya Touré.

El partido ante el City dejó el título de la International Champions Cup de Melbourne, cuatro goles, a un Cristiano con más energía y con mejor humor, al Modric que se fue un invierno y dejó otro, mucho más despacible, en el equipo, y la seguridad de que no hay mejor mediapunta en el equipo que Isco. Fue irse Bale, que se ha pedido el sitio, y dispararse el malagueño, que está hecho para jugar ahí, en territorio donde pesa más el bueno ojo y medir los tiempos que el pisotón en el acelerador.

Al Madrid le sobrevino antes la imaginación que la organización. Amaneció en el partido con el equipo de gala, a la espera de encontrarle un sitio a James, que difícilmente será el de Isco visto lo visto, y con el 4-2-3-1 (casi un 4-4-2 en muchos momentos) que estará en la colección de otoño-invierno. De nuevo con Bale como mediapunta, al sur de Benzema, Isco en la derecha y Cristiano despegando desde la izquierda. Y durante veinte minutos su fútbol apenas dijo nada y se vio en algún apuro. Keylor se llevó por delante a Yayá Touré en una salida sin orientación, aunque se librase del penalti, y David Silva no precisó con su izquierda en un disparo franco.

En esas andaba el partido cuando Bale sacó un centro en la suerte contraria, desde la derecha y con la derecha, al que Benzema corriendo en dirección apuesta a la portería aplicó una volea soberbia junto al palo. Y sobre aquel muletazo y sobre otro de Kroos, que superó con un pase de pitón a rabo a toda la zaga del City para que Cristiano presumiese de control y remate, construyó el Madrid un partido completo y versátil. A favor de obra estuvieron dos novatos centrales, Denayer, de 20 años, y Humphryes, de solo 16, que fueron corderos frente a un ataque de lobos. A Pellegrini le faltaba el muro completo: Demichelis (de vacaciones), Kompany (a punto de ser padre) y Mangala (que se sintió indispuesto).

Con la aguja enhebrada, Modric y Kroos fueron reeducando a un equipo ya conjuntado, por falta de fichajes, y que sacó del encuentro al City. La faena tuvo mérito porque este Tour del Madrid ha empezado con los Alpes, pero con el croata sano el equipo gana en vuelo, templanza e imaginación. Se acabó pronto. A la media hora se le vio estirando para aliviar sus músculos. No volvió tras el descanso. También, a ratos, salió a la superficie el mejor Cristiano, menos malhumorado y más efervescente. Fue a más en el partido, con una marcha más que ante el Roma y empeñado en recuperar la suerte del contragolpe que en tiempos de Ancelotti vivió largos periodos de abstinencia. El portugués le regaló un gol mal anulado a Isco y perdió otro, tras desmarque relámpago, por adornarse en una bicicleta.

El City, atormentado por el resultado, se tragó también un gol a balón parado, de Pepe, y ya no regresó al partido, pese a ese trabajo de costa a costa de Yayá Touré, a las elegantes maniobras de Silva y a la energía de Sterling, una liebre que exigió de verdad a los centrales del Madrid.

Texto de AS.com

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