El "Sorteo" que paraliza un planeta entero
La carpa gigantesca y blanca está instalada y recibe los últimos toques para hacer las veces de foro. Los dignatarios del fútbol recorren ya este balneario brasileño con traje y corbata pese al sol abrasador, y las esferas con los nombres de las selecciones están listas para depositarse en los bombos. Cuando éstos se meneen, con ellos girarán las esperanzas de miles de millones de espectadores en todo el planeta. Una vez concluido el sorteo del viernes, muchos sabrán o creerán saber si hay motivo de optimismo o abatimiento en torno de su equipo favorito para la Copa Mundial del año próximo, que se realiza en Brasil. El propio país sede se juega mucho en el sorteo, si bien se considera que éstos han favorecido históricamente al anfitrión. ¿Podría la selección Verdeamarela vivir el preludio de un nuevo "maracanazo", aún más doloroso, si la suerte no la favorece y termina enfrentando a dos equipos europeos, Italia y Holanda quizás? ¿Podría deparar la primera fase un nuevo capítulo de la rivalidad entre el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, pero ahora no en la liga española, sino en la escena mundialista? ¿Saldrán Colombia y Uruguay con el sabor de que su condición de cabezas de serie fue una mera trampa que los colocó entre potencias del fútbol? ¿Qué tal una oportunidad de revancha para Holanda, que cayó en 2010 ante España en la final y que ahora podría topársela en primera ronda? Más de 190 países en todo el mundo captarán la ceremonia por televisión. Y no sólo habrá expectación entre las naciones que se han clasificado a Brasil 2014, sino entre todos los aficionados a este deporte. Unos 1.300 invitados y 2.000 periodistas han concurrido a Costa do Sauipe, frente al Atlántico, para atestiguar de primera mano el sorteo. Salvo por Oscar Tabárez, de Uruguay, y Miguel Herrera, de México, se espera que asistan los técnicos de las otras 30 selecciones participantes, ansiosos por conocer no sólo a sus rivales sino cuál será su itinerario para llegar a las distintas subsedes de sus encuentros, en un país del tamaño de un continente. En su conferencia de prensa, Blatter aprovechó también para hacer varios anuncios, uno de los cuales volvió a dejar en entredicho la capacidad de organización de Brasil, que seguramente contemplaba hace meses el sorteo como una vitrina más donde promover sus labores y avances para albergar el Mundial. Blatter reveló también que la FIFA entregará 35 millones de dólares como premio al campeón del Mundial, y que cada una de las 32 selecciones clasificadas obtendrá al menos 8 millones de dólares. Las cifras se acordaron el jueves en la reunión del comité ejecutivo de la FIFA, como parte de un fondo por 576 millones de dólares. Por otro lado, el líder de la FIFA anunció las sedes para los mundiales sub20 y sub17 de 2017. El primero se realizará en Corea del Sur y el segundo en India. La FIFA suele aprovechar el marco del sorteo mundialista para celebrar encuentros entre los jefes de las distintas confederaciones, y para hacer anuncios muy diversos. Pero los miles de personas aquí congregadas tienen un objetivo superior. Presenciar el sorteo, cuya mecánica es más bien simple. Los 32 equipos estarán colocados en cuatro bombos distintos. Durante décadas, el organismo colocó papeles en un sombrero para sortear los grupos, pero una fórmula tan rudimentaria parece ahora lejanísima al espectáculo de la FIFA. Como dijo Blatter, importa lo deportivo, pero también el "marketing". Así que los sorteos se fueron convirtiendo en una atracción cada vez más ornamentada desde que el primero se transmitió por televisión, para el Mundial de Inglaterra de 1966. La FIFA y las autoridades brasileñas informaron que se han erogado unos 11 millones de dólares en la organización de este sorteo. La cifra incluye la construcción de la carpa, tan grande como un edificio de unos cinco pisos y tan larga como una cancha de fútbol, donde se harán girar las tómbolas. Que giren pues, porque todo está listo.