Marion Bartoli anuncia su retiro del tenis
Con el cuerpo dolorido después de otra derrota, la campeona de Wimbledon Marion Bartoli decidió retirarse del tenis el miércoles pues ya no puede lidiar con el dolor permanente en la cancha. Su anuncio con los ojos llorosos en el Masters de Cincinnati se produjo apenas dos meses después de haberse abierto paso en medio del dolor para ganar su campeonato más importante en la hierba de Wimbledon. "Mi cuerpo estaba realmente empezando a desmoronarse y yo pude no perder la cabeza, superar el dolor - mucho dolor - en este Wimbledon y hacer que sucediera", dijo la francesa de 28 años de edad mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. "He estado jugando durante mucho, mucho, mucho tiempo, y ya es hora para mí. Así es", agregó. Ella era la 15ta preclasificada cuando venció a Sabine Lisicki por el título en el All England Club, donde terminó el partido con un saque as. Se subió a las gradas para abrazar a su padre, Walter, un médico que solía manejar 160 kilómetros (100 millas) o más para llevarla a los torneos en Francia cuando estaba en la escuela. Después de otro momento doloroso en la cancha el miércoles durante su derrota 3-6, 6-4, 6-1 ante la rumana Simona Halep, llamó a su padre y tomó la decisión. "Me duele todo el cuerpo después de 45 minutos o una hora de juego", dijo. "He estado haciendo esto por mucho tiempo. Y sí, es simplemente lo más sabio para el cuerpo; ya no puedo hacerlo más". Bartoli se ha visto lastrada por lesiones en el pie izquierdo, el tobillo derecho, el muslo derecho y el tendón de Aquiles. Dijo que cada parte de su cuerpo dolía mientras estaba en la cancha el miércoles, y ha sido así durante algún tiempo. La jugadora francesa alcanzó su lugar más alto en el ranking con su séptimo lugar al principio de la temporada 2012, pero nunca había podido ganar el título de un Grand Slam. Bartoli finalmente ganó Wimbledon en su 47mo torneo grande en el que participaba, la mayor cantidad para cualquier mujer antes de ganar uno. Después de ese título, volvió a ubicarse séptima en el escalafón. Una vez que la alegría de ese momento terminó, el dolor regresó y se encontró sopesando el final de su carrera. Su mala noche el miércoles en la cancha la convenció de que no le quedaba nada, mientras le dolía su tendón de Aquiles, su cadera, su hombro y su espalda. Decidió retirarse sin fanfarrias. "Ya sabes, todo el mundo se acordará de mi título de Wimbledon", dijo. "Nadie va a recordar el último partido que jugué aquí".